BILBAO. Estos puntos, que serán gestionados por Iberdrola, permitirán a los usuarios "interactuar" con el sistema de cara para programar las recargas, y están dotados de las protecciones necesarias para garantizar que el proceso de carga se realiza "conforme a todas las medidas de seguridad requeridas", según ha explicado la compañía.

Los vehículos eléctricos de la flota de Iberdrola y del resto de los usuarios dispondrán de una tarjeta identificativa que permitirá el acceso a la estación de recarga, en la que se podrá realizar una carga máxima de seis horas de duración, tiempo estimado para alcanzar el 100 por cien de la capacidad de las baterías.

La instalación de estos puntos de recarga en la sede social de Iberdrola se enmarca en las iniciativas que está impulsando para instalar este tipo de infraestructuras en sus principales centros de trabajo, algo que ya ha llevado a cabo en los edificios corporativos de Madrid, Bilbao (Larraskitu) y Valencia, con el objetivo de "seguir impulsando la movilidad eléctrica".

Iberdrola tiene previsto sustituir un 40 por ciento de su parque móvil, unos 300 coches, por este tipo de vehículos, "mucho más eficientes y ecológicos que los de combustión", en línea con su compromiso con el desarrollo sostenible y la reducción de emisiones de CO2.

Además, la empresa cuenta con el Plan Movilidad Verde Iberdrola, "la primera solución integral española para facilitar el acceso real de los ciudadanos a la movilidad eléctrica, mediante la que ofrece al cliente la compra del vehículo, la instalación del punto de recarga, la financiación y el suministro de energía 100% renovable", ha explicado.