EL choque de criterios entre España y Euskadi va más allá de la cantidad destinada a la investigación, el desarrollo y la innovación. Al margen del esfuerzo realizado, que es mayor en la CAV, el reparto de la aportación de la Administración Pública a la I+D también tiene diferencias notables, con una orientación clara hacia la empresa en Euskadi y más centrada en la Enseñanza Superior en el conjunto del Estado, donde el tejido productivo, cimentado en los servicios y la construcción, no tiene capacidad para dar salida finalmente a muchos jóvenes con alta cualificación que se ven forzados a emigrar a países como Alemania.
En España, en 2010, el gasto interno en I+D ascendió a 14.588 millones de euros, con un aumento del 0,1% respecto a 2009, un año clave en el que, de la mano de la ministra del Gobierno socialista Cristina Garmendia, España dio un paso al frente en este campo. Euskadi, por cierto, se llevó un buen pellizco, fruto de los acuerdos políticos alcanzados entre socialistas y el PNV.
Sin embargo, la orientación del gasto público en I+D en el conjunto del Estado difiere mucho del modelo vasco. Así, mientras en España se destina a empresas solo el 18% del gasto de las Administraciones, en la CAV esta cifra se eleva al 54%.
La Administración Pública destinó 6.804 millones de euros en España en 2010 a I+D interno, que se ejecutaron en 2.553 millones (el 37,5%) gastados en la propia Administración, 2.997 millones (44%) en la Enseñanza Superior, y 1.244 millones (18%) a empresas e instituciones privadas sin ánimo de lucro (estas últimas representan un margen residual).
En Euskadi, por el contrario, de los 542 millones que aportaron las Administraciones, 294 fueron ejecutados en las empresas, es decir, más del 54%; un 33% fue a la Enseñanza Superior y un el 12,6% fue a la propia Administración. Teniendo en cuenta, por tanto, que las empresas privadas aportaron el 54% (733 millones) a gasto interno en I+D en 2010 y que de ese capital, el 96% lo destinaron a las propias empresas -un 2,7% a la Enseñanza Superior-, se desprende que las empresas son el destino del 77% de toda la I+D interna vasca, lo que supone 1.048 del total de 1.360 millones gastados. En el Estado, donde las empresas aportan algo más del 41% a la I+D, terminan siendo el destino final del 51% del total.
La estructura de ejecución de la I+D vasca, por cierto, se asemeja más a lo que se hace en Europa. Así, resulta que Euskadi destina el 1,6% de su PIB a I+D en empresas. Y España el 0,71%. En la UE-27 esa cifra se sitúa en torno al 1,3%, teniendo la Enseñanza Universitaria, eso sí, mayor peso que en Euskadi.