berlín. El Tribunal Constitucional alemán celebrará el próximo martes 10 de julio una vista para escuchar los recursos presentados contra el fondo de rescate permanente y el Tratado para reforzar la disciplina fiscal, que fueron aprobados el viernes por el parlamento germano. Los jueces deben decidir si atienden los argumentos de los demandantes, que alegan que se trata de una cesión ilegal de soberanía a Bruselas, y suspenden cautelarmente la entrada en vigor de estos instrumentos hasta pronunciar la sentencia final.

Los recursos -presentados entre otros por un partido minoritario de izquierdas, el político conservador bávaro Peter Gauweiler y una asociación que representa a más de 12.000 ciudadanos- tendrían como resultado retrasar la entrada en vigor del mecanismo europeo de estabilidad (MEDE), que estaba prevista para el 9 de julio.

A priori, el retraso no perjudicaría a España puesto que el Eurogrupo ha decidido que si el MEDE aún no está en vigor, el rescate bancario se financiará con el vigente fondo de rescate temporal. Una vez que el MEDE empiece a funcionar, el plan de ayuda se transferirá a este instrumento y cuando se haya creado el supervisor bancario único se convertirá en una recapitalización directa que dejará de computar como deuda. El problema es que un pronunciamiento del Constitucional alemán aleje sine die la puesta en marcha del MEDE, circunstancia que sí acabaría afectando al rescate español. La explicación es sencilla: mientras no entre en juego el MEDE (fondo de rescate permanente), la ayuda que la eurozona de para la recapitalización del sector financiero español se tramitará a través del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y, por tanto, se entregará directamente al Estado español para que, a través del FROB, la distribuya a las entidades en dificultades. En ese caso el montante de la ayuda sí contará como deuda en las cuentas españolas lo que se traduciría en un nuevo alejamiento de los objetivos de déficit y, por tanto, en más recortes.