Madrid. El consumo de alimentos, productos sanitarios, transporte, libros, periódicos u hostelería podría convertirse en prohibitivo para determinadas economías familiares si el Gobierno les aplica, como ayer reconoció que estudia, el 18% de IVA. Hasta el momento todos estos productos y otros también de carácter básico están afectados por el denominado como IVA reducido, que los carga con un 8% de su valor, o por el superreducido (4%), en vez del 18% que se aplica a las mercancías y servicios en general. Si finalmente el Ejecutivo de Rajoy decide aplicar este nuevo baremo, la realidad es que en algunos casos duplicará o incluso cuadruplicará las cargas fiscales que soporta la base de la cesta de la compra de los españoles.

La razón de esta subida de impuestos encubierta sería cumplir con las recomendaciones estipuladas por la Comisión Europea para dar luz verde al rescate de la banca, pese a que el gabinete del PP asegura una y otra vez que la ayuda para el sector financiero no tendrá repercusiones en el bolsillo de los ciudadanos.

la medida La filtración que ayer partió del Ministerio de Hacienda es que el Gobierno está "analizando de forma crítica" los productos y servicios que se benefician de IVA reducido, en sectores como el turismo (8%) y bienes de primera necesidad (4%), con el objetivo último de "ampliar las bases imponibles del impuesto y elevar la recaudación".

Las fuentes citadas por las agencias rehusaron valorar las declaraciones del comisario de Competencia, Joaquín Almunia, que ayer dejó claro que recomendaciones de Bruselas para subir el IVA son "vinculantes", pero sí recordaron que lo que ha pedido el Ecofin "es ampliar las bases imponibles de los impuestos indirectos y revisar los estímulos a la adquisición de vivienda".

Lo que está haciendo el Gobierno, según estas fuentes, es analizar de forma "crítica" los casos en que se aplican tipos reducidos, y qué tipo de bienes y servicios se benefician de estas reducciones.

En casos normales el IVA que se aplica es del 18 %, mientras que se aplica un tipo reducido del 8% a los alimentos, salvo los de primera necesidad; aparatos como lentillas o gafas graduadas; o a servicios culturales o recreativos. El superreducido, del 4%, se aplica a productos de primera necesidad como pan, leche o huevos; libros, periódicos o revistas; compra de vivienda habitual; y aparatos como prótesis o sillas de ruedas.

"Para el Gobierno, el IVA es también un caballo de batalla en la lucha contra el fraude, y por ello trata de acabar con la emisión de facturas falsas o con la práctica del impago de este impuesto", justificaban las fuentes citadas.