Madrid. El Tesoro Público español logró ayer colocar 3.040 millones de euros en letras a 12 y 18 meses. Superó sus expectativas en cuanto a la cantidad colocada, pero el interés que deberá afrontar el Estado para devolver ese préstamo es el más alto desde que el euro entró en vigor -y el más alto en los últimos doce años-, por lo que la emisión se saldó con un resultado agridulce para las arcas del Estado. En concreto, el Tesoro logró colocar 2.400 millones en letras a 12 meses, subiendo el interés medio al 5,074% -desde el 2,985% anterior-. Además, emitió 640 millones de euros en letras a 18 meses, aunque elevando el interés medio hasta el 5,107% desde el 3,302% de la subasta celebrada en mayo. Mañana se someterá a un nuevo examen con una subasta de bonos de entre 1.000 y 2.000 millones de euros con vencimiento en dos, tres y cinco años.
España cumplió así su objetivo de colocación y lo hizo ante unos inversores que demandaron más del doble de lo que el Tesoro se había propuesto adjudicar. Pero lo efectuó elevando el precio a pagar, hasta un nivel que no podrá mantener durante mucho tiempo, según algunos expertos como Fernando Ballabriga, profesor del departamento de Economía de la conocida escuela de negocios Esade, quien explicó ayer que "pagar por la deuda un 5% es algo insostenible en el tiempo". Por su parte, el portavoz europeo de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj, señaló que "es evidente que esta presión de los mercados no es soportable a largo plazo", en referencia a los índices de la prima de riesgo y el bono a diez años. Son "prohibitivos", apostilló.
Alta volatilidad Con todo, la incertidumbre sigue reinando en los mercados, a la espera de medidas contundentes por parte de los dirigentes europeos. Ayer incluso se especuló sobre una posible intervención del Banco Central Europeo en el mercado de deuda español, algo que permitió experimentar una de las jornadas más positivas de los últimos días, frente al lunes negro vivido un día antes.
Fruto de todo ello, en especial de la alta demanda de los bonos españoles, y tras la tormenta económica del lunes, los mercados concedieron una pequeña tregua a las finanzas españolas. El Ibex 35, el principal indicativo bursátil español, rebotó ayer con fuerza -cerró, de hecho, la mejor jornada en dos semanas con una subida del 2,67% hasta los 6.693,90 puntos-, lo que supone una reducción de las pérdidas acumuladas desde principios de año, que se sitúan en el 21,86%. Mientras, la prima de riesgo, el nivel que marca la diferencia entre lo que paga España y lo que abona Alemania por su deuda a diez años, se relajó hasta los 551 puntos básicos, después de haber rozado los 590 puntos el lunes. También ayudaba al optimismo la inminente formación de un gobierno de coalición en Grecia y la apertura en positivo de Wall Street, animada por la reunión sobre política monetaria que inicia hoy la Reserva Federal (Fed) estadounidense. Pero pese a esa ligera mejoría en el indicador de la prima de riesgo, la situación sigue siendo crítica, y el bono español a diez años se mantuvo ayer por encima del 7%, cerrando la jornada en el 7,04%. Según datos de mercado recogidos por Efe, esa rentabilidad del bono español a diez años no logró en ningún momento de la sesión bajar del 7% -cifra que para muchos analistas marca el nivel de intervención de un país-.
El rebote fue generalizado en Europa como consecuencia, en parte, de la gran caída del lunes. La menor presión de los mercados también se dejó sentir en otros riesgos país, como el de Italia -Estado que los expertos estiman podría correr la misma suerte que España en un futuro-, que bajaba hasta los 438 puntos básicos, después de cerrar el lunes en los 467. La situación es tan caótica que los inversores buscan, al precio que sea, refugios seguros dónde depositar sus fondos. Ello provocó ayer que Dinamarca vendiera deuda con un interés negativo, por primera vez en su historia. La oficina de deuda estatal vendió 1.550 millones de coronas a dos años y cupón del 2% a un interés negativo del 0,08%. Lo que significa que los inversores han desembolsado más de lo que ingresarán en 2014.