Madrid. No hay rescate, lo que hay es una "línea de crédito" que pagará la banca y un compromiso del Gobierno para impulsar en el seno de la eurozona la unión fiscal y bancaria. Para el PP en general y para el presidente del Gobierno en particular, es como si nada hubiera pasado, como si a España le hubiera caído un regalo del cielo por valor de hasta 100.000 millones de euros y como si el país fuera inmune al acoso de los mercados ya que va a conseguir el compromiso del Banco Central Europeo para acabar con las turbulencias. Tal imagen de prepotencia transmitió ayer en el Congreso Mariano Rajoy que, eludiendo las evidentes responsabilidades de su partido en la quiebra de Bankia (tanto Caja Madrid como Bancaja estaban controladas por el PP), volvía a escudarse en la "herencia" recibida de manos del PSOE para justificar lo injustificable.

El presidente del Gobierno celebró ayer ante la Cámara Baja que los socios europeos hayan apoyado la ayuda a la banca española, "fundamental y prioritaria", e insistió: "Se trata de un crédito que pagará la propia banca". En la sesión de control al Gobierno, Rajoy respondía así a la pregunta del diputado de la Izquierda Plural Joan Coscubiela sobre por qué los ciudadanos tienen que pagar con sus derechos, salarios e impuestos una crisis provocada por el sistema financiero.

Rajoy respondió que la crisis "no tiene nada que ver con eso" sino con "la enorme deuda externa de las administraciones públicas, las familias, las empresas y las entidades financieras" y volvió a cargar las culpas a Zapatero: "La ayuda europea a la banca española se debió hacer en 2009, cuando lo hicieron otros países de la UE".

Para el presidente el problema es que las administraciones gastaron en 2011 "mucho más de lo ingresado", evitando incidir en que la ayuda solicitada no es para las administraciones (obligadas por ley a recortes draconianos), sino para la banca. En su versión de los hechos, Rajoy también maquilla la situación por los problemas "muy importantes" de la zona del euro.

Al respecto, aseguró que se trabaja en la zona del euro para que vuelva la liquidez y para un proyecto de integración europea, "porque más Europa es la solución a buena parte de los problemas".

El presidente concluyó diciendo que España está inmersa en un proceso de "desendeudamiento" en el que "lo están haciendo bien las familias y las empresas, y lo están empezando a hacer las administraciones".

Conflicto Pero el problema de Rajoy es que ya no le creen ni en su propio partido o, lo que sería peor, no tiene autoridad para controlar el discurso. Y es que mientras defendía en el Congreso que no habrá contrapartidas al rescate, el vicepresidente del Parlamento Europeo y eurodiputado del PP, Alejo Vidal-Quadras, aseguraba que Bruselas "obligará" este mismo año a España a subir el IVA, eliminar la desgravación por vivienda y adelgazar la Administración Pública. Vidal-Quadras explicaba que el rescate a la banca implica que "hay una condicionalidad directa al sistema financiero", que deberá "mejorar su eficiencia" y "reducir costes", con medidas como disminuir las oficinas o llevar a cabo despidos. "Pero no lo duden, también hay condiciones que van a afectar a la economía española", apostillado. El momento de aplicar estas medidas, según el eurodiputado, será cuando el Gobierno elabore los Presupuestos donde Bruselas hará "recomendaciones muy enérgicas".