vitoria. Una de cal y otra de arena. El presidente de la CEOE, Joan Rosell, demostró ayer en Vitoria su optimismo sobre las condiciones españolas para abandonar la severa crisis y, por otro lado, se mostró muy crítico con la falta de investigación para descubrir las causas de esta negativa situación financiera y ofrecer las oportunas explicaciones a la sociedad.
A lo largo de cerca de una hora, Rosell desgranó ante los miembros de SEA su visión sobre lo que acontece en los mercados internacionales y la visión "catastrofista" que en otras latitudes se tiene acerca de la crisis en España. Lejos de compartir esta lectura, el presidente de la patronal estatal dibujó un escenario "grave, pero no desesperado" en el que instaló como la principal vía para escapar de esta situación que presentan los mercados la exportación, un punto fuerte que el empresario llama a explotar en los próximos meses.
Frente a esta herramienta, Rosell no tuvo dudas en apuntar hacia el paro y las grandes cantidades de dinero que se emplean en cubrir los subsidios de desempleo -"9.000 millones en el año 2000 y 30.000 millones este ejercicio"- como uno de los puntos débiles que acentúan la inestabilidad de la economía española.
"luz y taquígrafos" Además de mirar hacia adelante, el presidente de la patronal recomendó mirar también hacia atrás para saber qué y quién ha hecho algo mal hasta el punto de quebrar la situación de bonanza que hace tan sólo cuatro o cinco años era una constante en España.
Así, defendió que se investiguen con "luz y taquígrafos" las causas de la crisis financiera, porque la sociedad necesita esas explicaciones para entender los "sacrificios" que habrá que hacer.
A la espera de conocer los resultado de la citada investigación, en un primer diagnóstico Rosell estima que el sistema bancario español está "bastante consolidado" y destacó que "el problema está en las cajas de ahorros".
En este sentido, insistió en que resulta "absolutamente necesario" llevar a cabo un "ejercicio de transparencia para saber lo que ha pasado y si ha habido culpables".
En el discurso del referente empresarial también hubo espacio para entonar el mea culpa, ya que el empresario catalán considera que "hemos comido muchas veces y nos hemos atragantado y hemos digerido mal", apunto para demostrar de una forma gráfica los excesos cometidos en los años previos a la crisis en el Estado.