Vitoria. Emilio Titos tiende a hablar poco pero cuando lo hace acostumbra a ser contundente. Por eso en esta ocasión, recién firmado un acuerdo de colaboración con la Green Capital, celebra con prudencia la buena salud de Mercedes y advierte de que su futuro está en manos de todos. Y eso, insiste, pasa "irremediablemente" por trabajar más y mejor, invertir en las personas y establecer una "meta real" como país que esté abanderada por el optimismo. "Lo negativo sólo genera bloqueo mental e inacción y no es lo que nos conviene".
Con la que está cayendo, ¿qué pinta tiene Mercedes?
Buena pinta, resistiendo ante lo que nos imponen los mercados y clientes, pero buena pinta.
De modo que es optimista...
Siempre, que no ignorante y consciente de la situación actual, pero ha llegado el momento en el que todos tenemos que hacer un esfuerzo por mandar otros mensajes a la sociedad. No voy a hacer hincapié en lo negativo sino en lo positivo, y aunque hay falta de visibilidad de cara al futuro no voy hacer gala de ello porque no contribuye al cambio.
Cuando habla de todos, ¿a quién se refiere?
A todos, políticos, empresarios, agentes sociales y trabajadores. Echo en falta acuerdos reales entre gobiernos y oposición, entre los sindicatos que aportan y los que no, entre los empresarios... Aquí no se escapa nadie porque está en juego el futuro del país y el país lo hacemos todos. Y le pongo un símil sencillo. Aquí en Mercedes trabajamos 3.200 personas y todas cobran su sueldo. La pregunta es: ¿se lo ganan todos por igual? La respuesta tendría que ser que sí, porque si no estaríamos pagando algo innecesario, ¿no? Pues esa misma pregunta sirve también para quienes gestionan nuestro país. ¿Se ganan el sueldo que les estamos pagando? El resultado de lo que hoy tenemos es lo que hicimos ayer.
Por lo tanto, las cosas se hicieron mal. ¿De verdad cree que es momento para vender optimismo?
La negatividad lo único que aporta es bloqueo mental e inacción, por eso estoy seguro de que podemos hacer más.
¿A pesar de la política, cuyo índice de popularidad está bajo mínimos?
La política escrita con mayúsculas hasta ahora no ha tenido la inteligencia de encontrar ese acuerdo común tan necesario para el país y lo peor de todo es que no podremos salir de ésta si nos tiramos las piedras a nuestro propio tejado. Sólo desde ese convencimiento es necesario que aquellos que tengan la responsabilidad la asuman y hablen a a los ciudadanos con honestidad.
¿Qué necesita este país?
Recoger a la juventud del paro. Eso es imprescindible. Y para ello hay modelos de referencia como el de la FP alemana. Todo lo que un país destine a la I+D+i redundará en la formación de su gente y potenciará la estructura productiva local y la universidad. Necesitamos jóvenes que estudien y trabajen al mismo tiempo. Es la única forma de que la gente cambie de actitud.
Si el modelo alemán se ha visto que resulta convincente, ¿por qué continúa sin implantarse en España? Todo eso se puede cambiar y podemos hacerlo con un acuerdo tácito entre la política y las administraciones públicas. Si no lo hacemos es porque no hay voluntad. Si no damos respuesta hoy a los jóvenes mañana tendremos más problemas.
¿Cree que la Reforma Laboral va en la buena dirección?
Todo lo que hagamos para adaptarnos a la demanda del mercado es bueno. Para compañías grandes como la nuestra, la reforma no va a cambiar sustancialmente la forma de trabajar. Nosotros tenemos nuestro propio convenio y es el que prevalece. Otra cosa son ya las pymes y micropymes.
¿Cómo se va a salir de ésta?
En nuestro caso, con trabajo duro, innovación en el sentido amplio, sin tabú ninguno, y aportando cada uno lo mejor de sí mismo en cada puesto en términos de calidad y eficiencia. Y lo mismo para el país: trabajo, trabajo y más trabajo.
¿Y esos cinco millones de parados que no tienen trabajo?
Empecemos a copiar aquello que funciona. Hagamos una FP dual, démosles a los jóvenes una orientación, un apoyo e invirtamos en nosotros mismos. Si no lo hacemos, el futuro va a ser todavía peor de lo que nos podamos imaginar.
Le pregunto por la producción para este año. Meses atrás pronosticaron que se alcanzarían las 90.000 furgonetas. ¿Van a cumplir?
No lo sé. En estos momentos no tengo más visibilidad que de aquí a cuatro o seis semanas. Es la realidad, así que no puedo aventurarme a decir una cantidad. Nuestra referencia está clara y vamos a hacer todo lo posible para llegar pero no sabemos hasta dónde. Lo iremos viendo mes a mes y ahí será clave la flexibilidad.
¿Pero a estas alturas estamos mejor o peor de lo que habían previsto?
Hay tanta información negativa que, insisto, no quisiera participar de esa negatividad.
¿Debo leer entre líneas?
La realidad es la que es y no quiero profundizar en esa línea. No creo que aporte nada.
Como tractor de cientos de pymes y trabajadores vascos, ¿cómo se les puede ayudar para garantizarles un futuro más estable y seguro?
Es un tema difícil de encajar a la perfección. Esas pymes necesitan flexibilidad para lograrlo y creo que esta reforma les va a ayudar, pero el encaje también depende de la conciencia de los trabajadores, que ha de ser realista y no la que uno querría. Y eso pasa por asumir cosas que en el pasado no asumíamos en cuanto a sacrificio personal, más trabajo, más flexibilidad y más globalización. Los centros de decisión se están desplazando a una velocidad de vértigo, así que esto es un reto para todos.
¿Qué mensaje envía a ese cinturón empresarial que viven de ustedes?
Que se adapten a los tiempos y se suban a nuestro mismo tren porque habrá que cambiar su estructura organizativa, dar servicios integrados, aportar más valor añadido... Esos cambios serán imprescindibles para todas ellas y nosotros asumiremos el compromiso de que puedan seguir creciendo con nosotros en el avance tecnológico y la estabilidad productiva, que por cierto, no la tiene garantizada nadie. Pero insisto, deben asumir los mismos esfuerzos que hacemos nosotros.
¿Qué tal su relación con los sindicatos en la fábrica?
Muy buena. Representan a la plantilla y nuestra gente es lo más importante. A partir de ahí, sólo cabe el respeto para aquellos que tienen compromiso.
¿Y con los que no?
Con los que no lo tienen y no están, pues simplemente no están...
¿Pero no le gustaría tener un comité de empresa más unido?
Es cierto que en los últimos tiempos ELA no ha estado donde nosotros esperábamos, pero en el pasado sí lo hizo, así que son ellos los que tienen que dar las explicaciones. Pero estaría encantado de que se sumase al resto para salir más fortalecidos, aunque siempre hay dos voluntades.
¿A fuerza de acuerdos, la planta de Vitoria se ha hecho más alemana?
Hace cuatro años demandé un cambio y éste se ha producido. Ya hoy nadie discute que el costo unitario en Mercedes sobre el índice 100 se había conseguido mantener en diez años y nosotros, en el mismo tiempo, lo habíamos subido un 35%, perdiendo competitividad. Ahí fue donde descubrí la necesidad de cambios profundos en las empresas. Y en ese camino es donde estamos, invirtiendo para nuestro futuro.
¿Hay Mercedes para rato?
Estoy convencido, sí, lo espero, pero dependerá de nosotros. El futuro está en nuestras manos.
¿En qué situación cree que va a estar la empresa a 31 de diciembre?
No tengo una respuesta.
¿Podría llegar un nuevo ERE?
La dificultad es la misma para todos y aunque hoy no lo veo puede que en unos meses no tengamos más remedio que presentarlo. Y como ciudadano sí creo que tenemos que hacer los ajustes necesarios.
¿Más?
Los ajustes y adaptaciones serán necesarios, sigo pensando que sí. Esto no quiere decir que debemos de profundizar más en el ahorro sino en gastarlo mejor. Este sería el mensaje, cada euro cuenta.
¿Esa receta vale para el Estado?
Es igual. Lo que espero es que el esfuerzo de gasto y financiación que hacemos como Estado sea compartido, aún sabiendo que con la estructura tan compleja que tenemos como país no siempre será fácil. Por eso tendrá que haber un compromiso de aquellos que representan las regiones o estados, según las interpretaciones, para sellar una línea común de actuación. De lo contrario nos veremos muy afectados en cuanto a la financiación. De eso sí que estoy convencido.
La adjudicación a Vitoria del nuevo modelo (VS20) da aire a la planta por lo menos hasta 2024. ¿Para cuándo las primeras unidades?
Los primeros prototipos ya se están fabricando, son una mezcla entre lo existente y el futuro. A partir de 2013 arrancaremos con la producción de los prototipos 100% del futuro y comenzaremos al año siguiente con la producción en serie.
¿La adaptación de las nuevas líneas de incidirá en la producción?
Trataremos de que la afección sea la menor posible. Estamos preparando la fábrica para que produzca el nuevo vehículo y al mismo tiempo el ya existente. Eso va a requerir más flexibilidad para adaptarnos a la producción y los cambios y los trabajadores lo saben. Tendremos que hacer paradas (podrían ser de hasta dos meses, según fuentes sindicales) pero estoy convencido de que la plantilla va a estar ahí.
Cuando ustedes hablan de costes de personal se refieren a aumentar la productividad a través de la contención de costes incidiendo en temas como el absentismo, una de sus grandes batallas. ¿Está evolucionando según lo previsto?
Todo es mejorable pero hemos cambiado la tendencia negativa. Ahora mismo nos movemos en un absentismo que está por debajo del 4% y yo creo que esto sirve de referencia para mucha gente.
¿Ese 4% es asumible para Mercedes?
Asumible no lo es, aunque va en la línea correcta. Hágase una idea de que recuperar un punto de absentismo supone dos millones de euros.
El miedo a perder el trabajo ¿cree que ha ayudado a reducir los índices de absentismo en general?
Cuando veo el absentismo que hay en las administraciones públicas o en otras empresas creo que no está donde debería estar. Tenemos que hacer un esfuerzo todos para tratar de acabar con este tipo de cosas.
En la presentación de la Vito E Cell dijo ante el lehendakari que no se compraría en estos momentos una Vito eléctrica. ¿Se equivocó?
Quiero ser sincero y transparente. Un producto como la Vito eléctrica a día de hoy no es barato para un cliente privado. Pagar dos veces el precio de una Vito normal no es un precio atractivo. Por eso un lanzamiento tecnológicamente tan avanzado vive o muere por la acción política.
¿A qué se refiere?
Hablo de aspectos como la legislación para la movilidad urbana, por ejemplo. Son acciones que no valen dinero pero que exigen un cambio de actitud. Es la única manera de que estos productos tengan una oportunidad y bajen los costos.
¿Cuántas han fabricado hasta hoy?
El año pasado produjimos 350 unidades y para este año manejamos un programa de entre 500 y 600 unidades. En estos momentos, como le dije en su día al exministro Sebastián, es un negocio ruinoso, las cuentas no salen, pero eso no quiere decir que no estemos por ello. El éxito de proyectos como el nuestro dependerá de la gestión política.
¿Tiene una opinión sobre Hiriko?
Lo conozco por la prensa, poco más.
¿Y qué le parece?
No lo sé. Tecnológicamente hablando hacer un coche tiene su complejidad, pero lo más difícil, sin duda, es su venta y postventa.