MADRID. El Ministerio de Economía estudia retrasar los procesos de subasta de Catalunya Caixa y de Novacaixagalicia, a la espera de conocer las ofertas vinculantes que se presenten al proceso de adjudicación de la entidad catalana y que, de materializarse, serán muy ajustadas.
El departamento que preside Luis de Guindos es consciente de que las últimas exigencias de saneamiento establecidas por el Gobierno a través de nuevas provisiones sobre la cartera inmobiliaria sana han enfriado el ya de por sí escaso interés de los posibles compradores.
El ministro de Economía indicó ayer miércoles en el Congreso de los Diputados que tras la nacionalización de Bankia se ha abierto un nuevo escenario en el sector financiero español, y que el Gobierno sopesa todas las alternativas ante las próximas subastas.
"El Gobierno hace una reflexión sobre Catalunya Caixa, en proceso de subasta, y ahora está valorando todas las opciones, que están abiertas", sostuvo De Guindos en su comparecencia ante los grupos parlamentarios para dar cuenta del proceso de nacionalización de Bankia.
A su salida de la comisión, negó que el Ejecutivo vaya a aplazar o cambiar las condiciones del plan de subasta de Catalunya Caixa, pero afirmó que tras la nacionalización de Bankia hay "posibilidades de actuación adicionales" sobre las entidades intervenidas por el Estado en aras del saneamiento del conjunto del sistema.
Sin entrar en detalles, el ministro de Economía dijo que cabe la posibilidad de analizar nuevos escenarios en cuanto a las subastas de entidades con capital público a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
Según fuentes financieras consultadas por Europa Press, diversas entidades han expresado al Gobierno y al Banco de España su deseo de que se aplacen las subastas de entidades nacionalizadas tras los últimos esfuerzos exigidos al sector en materia de provisiones.
El objetivo del Gobierno es culminar las subastas de Banco de Valencia y Catalunya Caixa antes del próximo verano. De Guindos explicó en la Cámara Baja que la entidad valenciana es muy pequeña por volumen de activos, lo que la diferencia del resto de nacionalizadas.
Las adjudicaciones de entidades intervenidas se sufragan a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) que se nutre de las aportaciones privadas de las entidades financieras y que tras las adjudicaciones de la CAM a Sabadell y de Unnim a BBVA, ha quedado sin recursos, según fuentes oficiales.