Vitoria. Rota la unión sindical, rota la huelga que ELA, STEE-EILAS, LAB y ESK habían acordado para el próximo día 31 en el sector público vasco y navarro. La escenificación de la ruptura la iniciaron el pasado 16 de mayo las dos primeras centrales, cuando alegaron "confusión" en torno a los recortes anunciados por el Gobierno central en materia de Educación y Sanidad. Aquella desconvocatoria supuso no sólo el desmarque respecto a LAB y ESK sino también la primera vez en la que ELA y la central abertzale rompían la estrategia conjunta de movilizaciones que estaban llevando a cabo en los dos últimos años. Con la polémica servida, a la ya entonces maltrecha convocatoria de huelga le dieron la puntilla ayer LAB y ESK, cuando anunciaron que tampoco secundarían dicha jornada, descafeinada a estas alturas ya a un par de horas de paros parciales por la mañana y varias concentraciones, encierros y manifestaciones por la tarde en las tres capitales vascas. En Navarra, no obstante, LAB mantiene la jornada de huelga durante todo el día.

De dar explicaciones al respecto se encargó a media mañana en Bilbao Arantzi Sarasola, responsable de la Federación de Servicios Públicos de LAB. Reiteró la portavoz la necesidad de realizar una "oferta de paros" para testar el "enfado" de los trabajadores y justificó la desconvocatoria por haberse quedado prácticamente solos en el envite. "No nos vemos con fuerza para poder hacer una convocatoria de jornada completa, no tenemos la suficiente implantación ni fuerza", lamentó Sarasola. En una rueda de prensa en la que estuvo acompañada por responsables de los diferentes ámbitos de la Federación, la representante sindical recordó los motivos que en su día impulsaron la convocatoria de huelga, fundamentalmente el "desmantelamiento cualitativo de los servicios públicos" que proponen la Ley de Presupuestos Generales y las diferentes reformas estructurales que proyecta el Gobierno central en ámbitos como Educación, Sanidad o Justicia. "Suponen el empeoramiento de nuestras condiciones laborales y en la destrucción de empleo público, una grave ofensiva que se está intensificando", opinó Sarasola. En ese sentido, indicó que diversos representantes políticos, tanto en la Comunidad Autónoma del País Vasco como en la de Navarra, han mostrado hasta la fecha una aparente postura contraria a algunas de estas reformas, un gesto que carece de "ninguna credibilidad" para la totalidad de las centrales nacionalistas.

Ofensiva más contundente Por ello, LAB, que afirmó ayer no compartir la desconvocatoria de la huelga, realizó un llamamiento a incrementar la presión de las movilizaciones y protestas, dado que las realizadas hasta la fecha "no han sido suficientes para detener la grave ofensiva actual". Por ello conminó a dar el salto de una estrategia "meramente resistencialista a una clara estrategia sindical ofensiva y en clave de construcción de un sector público fuerte". Dicha estrategia, explicó, debe "obligar" a las instituciones vascas a tomar medidas fiscales y presupuestarias para desarrollar los servicios públicos, crear empleo público de calidad y mejorar las condiciones laborales, y por otro lado, debe abogar por la construcción de alianzas para reivindicar y hacer realidad ante Madrid el derecho de poder decidir "cuál es nuestro modelo de servicios públicos y cuáles son las condiciones laborales a las que aspiramos".

En la misma línea, ELA consideró ayer "una maniobra electoral" la intención anunciada del Gobierno Vasco de no aplicar en Euskadi los recortes aprobados por el Ejecutivo español y denunció que "los recortes sobre recortes" sólo llevan a "la generación de más paro". Concentrados frente a las tres diputaciones vascas, varios delegados insistieron en la política de camuflaje de López, que mas allá de que en la actual coyuntura afirma que no va a aplicar los recortes que vienen de Madrid, "hasta el momento se han aplicado todos y cada uno y a nosotros no nos cabe ninguna duda de que esa es la intención", advirtieron ante los periodistas.