Madrid. El PP culpa al Banco de España de la nacionalización de BFA, la matriz de Bankia, y de la mala gestión que hizo de la crisis financiera, pese a que seis de las siete cajas que fundaron Bankia estaban ligadas a gobiernos regidos o apoyados por los populares. Al respecto y como era de esperar, la mayoría de estos gobiernos autonómicos valoraba ayer positivamente la entrada del Estado porque "dará solvencia" a la entidad.

También el principal partido de la oposición, el PSOE, apoyará el proceso de reestructuración de Bankia según su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien no obstante puntualizó que lo hace por "responsabilidad" con los ahorradores y que, como garantía, exigirá al Gobierno que aclare "cómo será el final de este proceso para que no implique la pérdida de dinero público".

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, señaló que lo ocurrido en Bankia "es lo mejor tanto para los accionistas como para los 10 millones de clientes que tiene la entidad" y Rubalcaba recordó que "es importante que no haya una quiebra de la cuarta entidad de España".

Acusaciones No obstante, a lo largo del día varios dirigentes del PP criticaron la gestión del gobernador del Banco de España frente a la fusión de Caja Madrid con Bancaja y otras cinco entidades (Caja Insular de Canarias, Caja Laietana, Caja Ávila, Caja Segovia, y Caja Rioja). El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, lamentó la "incapacidad y el desconocimiento" financiero de Fernández Ordóñez, y el diputado popular Vicente Martínez-Pujalte le acusó de "obligar" al expresidente de Bankia Rodrigo Rato a hacerse cargo de la valenciana Bancaja con datos que "a lo mejor no eran exactos".

En el entorno de las cajas afectadas, el presidente de Caja de Ávila, Agustín González, ve un "acierto" la nacionalización de la matriz de Bankia porque ve "garantía del Estado" y da tranquilidad a los ahorradores. Caja Rioja señala que "supone un importante refuerzo del capital de BFA y da solidez al grupo" y elogia la "dilatada y exitosa" experiencia del nuevo presidente, José Ignacio Goirigolzarri.

También los gobiernos autonómicos vinculados a las cajas fusionadas acogieron con optimismo la medida y mientras el presidente de La Rioja, Pedro Sanz, decía que Bankia "es hoy más segura que hace 48 horas", el Ejecutivo de Castilla y León afirmaba que "garantiza" los ahorros de todos los clientes.

Sin embargo, el consejero de Caja Segovia Juan José Sanz Vitorio, que ayer presentó su dimisión, cree que la entrada del Estado en el capital de Bankia hace desaparecer a la entidad segoviana.

Puntualizaciones Las autonomías eludieron manifestarse sobre el temor de que la nacionalización de la entidad suponga una pérdida de su participación en sus respectivas cajas. El portavoz de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez, incluso rechazó hablar de una nacionalización y animó a hablar de "toma de control", mientras que el consejero valenciano de Economía, Máximo Buch, precisó que BFA "no es Bankia".

Desde la Xunta de Galicia, su presidente, Alberto Núñez Feijóo, confió en que la reestructuración de Bankia sirva también para otras entidades, como Novagalicia Banco.

En el lado opuesto, el presidente andaluz, José Antonio Griñán, pidió una reunión entre Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, para buscar un "consenso" sobre este proceso. Asimismo, el Gobierno de Canarias ve "claroscuros" en la decisión y no está de acuerdo en cómo se ha desarrollado la nacionalización.

Finalmente el secretario general de UGT, Cándido Méndez, alertó del riesgo que supone Bankia como entidad sistémica en Europa, mientras el líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, denunció el "ocultismo" existente en la operación.