MADRID. En concreto, ha explicado, que una subida del tipo del gravamen especial de la cerveza en torno al 8% supondría un alza en torno al 10% en el precio de la caña y del 0,15% en el IPC. A ello se suma el efecto sobre la recaudación impositiva global derivada de su elaboración y comercialización, con una pérdida neta superior a tres millones de euros en caso de una subida del 10%.
Olalla ha señalado, en este sentido, que cualquier incremento en el tipo del impuesto especial de la cerveza no sólo aumentaría el agravio comparativo con otras bebidas sino que, debido principalmente a su peso sobre el sector de la hostelería, tendría un "potencial efecto negativo" sobre la recaudación impositiva y sobre el IPC.
En la actualidad, la cerveza soporta un impuesto especial de 9,96 euros por hectolitro sobre el tipo de cerveza de consumo más generalizado, un impuesto que, según Olalla, no se aplica al resto de bebidas fermentadas, que se benefician de un tipo cero.
Además, soporta un tipo de IVA del 18%, incluso en su variedad sin alcohol, frente a otras bebidas en "clara competencia" con la cerveza que se benefician de una tasa reducida del 8%.
El director general de Cerveceros de España ha reclamado medidas que contribuyan a dinamizar el consumo en la hostelería, ya que cualquiera que suponga una retracción del mismo supondría implicaciones negativas en el empleo, la economía y la recaudación.
De los casi 4.500 millones de euros recaudados por el Estado en materia de impuestos generados en torno a la cerveza en España, 1.900 millones proceden del IVA, la mayor parte generados en hostelería. En 2011, los impuestos especiales a la cerveza aportaron 279 millones de euros.