MADRID. El Gobierno español rebajó ayer el tono en el conflicto con Argentina por la posible expropiación de YPF, la filial en ese país de Repsol. Tras dos días de fuertes tensiones, el apoyo de la UE y EEUU a las tesis españolas parece haber cambiado el tablero de juego. Pese a reconocer que no se han producido contactos con el Ejecutivo argetino en las últimas horas, el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, afirmó ayer que "se encauza" la situación con Argentina. España "desea tener las mejores relaciones con todos los países", añadió el ministro.
Mientras, el gabinete de Cristina Fernández de Krichner mantiene una calculada ambigüedad en relación a las informaciones periodísticas que apuntan a que hay hasta cuatro borradores para expropiar YPF. No hay ni confirmación ni desmentido, pero el Gobierno del PP inició el viernes una ofensiva diplomática ante esa posibilidad.
Madrid considera que los apoyos recabados fortalecen su posición y, de forma paralela, filtró a la prensa posibles medidas de respuesta si se materializa el asalto. Un grupo de comunicación estatal aseguraba ayer que España había amenazado con boicotear la carne y la soja argentinas. Su principal competidor recibió la onda de que podría producirse un bloqueo de la importación de biodiésel.
En ese contexto, el ministro de Industria expresó cierto optimismo tras los movimientos registrados "a lo largo de las últimas 48 horas". Según añadió, "parece que la situación se encauza y esperemos que eso siga siendo así".
Sobre el trasfondo de la cuestión late los supuestos compromisos de inversión "incumplidos", según la Casa Rosada, por Repsol y eso le llevó al coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, a reclamar al Gobierno que sea "prudente" sobre el conflicto y le pidió "no inmiscuirse" en la soberanía del país suramericano.
"El Gobierno debe ser prudente al tratar los asuntos con otros países", enfatizó Lara en declaraciones a los medios en la celebración en Vallecas del aniversario de la proclamación de la II República. Por ello, instó al Ejecutivo a "preocuparse más" por los problemas de España, pues consideró que este "fomenta" el interés de los especuladores financieros en contra de la "gente que sufre".
Sin más detalles en el ámbito político, los movimientos en el plano económico continúan siendo muy limitados. El Gobierno argentino accedió por fin el viernes a reunirse con el presidente de Repsol, Antonio Brufau, en la madrugada de ayer hora de Euskadi. En la reunión estuvo presente el viceministro de Economía, Axel Kicillof, al que se considera en Argentina el cerebro de un plan de presión al Repsol, cuyo principal resorte sería la amenaza de una expropiación. En esa línea el Ejecutivo peronista llegó a plantearle a Brufau que acepte quedarse con solo un 30% de su participación en YPF para evitar una toma de control forzada.
Por su parte, la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (AEMEC) advirtió ayer de que "una expropiación de YPF se enfrentaría a posibles indemnizaciones millonarias en los tribunales".
La AEMEC reclamó al Gobierno argentino que cumpla con la legalidad internacional y respete los derechos de los accionistas minoritarios y ha advertido de que de lo contrario acudirá a los tribunales de Buenos Aires, Madrid, Bruselas y Nueva York para trata de impedirlo y solicitar "las correspondientes indemnizaciones millonarias".
En un comunicado, la asociación aseguró que "las decisiones arbitrarias" del Gobierno argentino han provocado una caída del valor de la acción de Repsol del 30%, con el consiguiente perjuicio a los accionistas minoritarios de la compañía, procedentes de diversas nacionalidades, incluidos los accionistas minoritarios argentinos.