roma. El Gobierno tecnócrata italiano, presidido por el excomisario europeo Mario Monti, aprobó ayer un vasto plan de liberalizaiones en distintos sectores como el de los transportes o la energía para relanzar la maltrecha economía de Italia, amenazada de nuevo por la recesin.
Tras un Consejo de Ministros de ocho horas, Monti informó del contenido de las medidas, dentro de la llamada "fase 2" de su Gobierno, tras el plan de austeridad de más de 30.000 millones de diciembre. Indicó que las reformas estructurales están pensadas para poner fin a dos de los tres lastres que han frenado el crecimiento económico en las últimas décadas, la "insuficiente competencia de mercado y lo inadecuado de las infraestructuras".
Tenemos en cuenta que habrá comentarios negativos, porque muchos prefieren el status quo antes que afrontar nuevos desafíos", comentó Monti, quien aseguró que las medidas aprobadas no son solo "una gran acción económica", sino también una "gran acción social" que entra dentro de sus objetivos de rigor, equidad y crecimiento. Monti explicó que las medidas para afrontar el tercer lastre del crecimiento económico en Italia, el de la "gran complicación de los procedmientos administrativos", llegarán la semana que viene. Roma liberalizará el sector del gas, el elemento "más relevante" de la política energética del Gobierno, pero también los transportes públicos locales (incluidos los taxis) y la distribución de los carburates, donde apuesta por "distribuidores independientes y el autoservicio". También el sector de las farmacias y de las infraestructuras, con iniciativas para atraer capital privado y hacer más transparente estos procedimientos.