vitoria. Casi tres años después de colgar las botas como director de los centros industriales de Mercedes en España, el portugués Armando Gaspar vuelve al circo del motor. Y lo hace de la mano de un proyecto "ilusionante" como Hiriko, el primer vehículo urbano 100% eléctrico que un consorcio empresarial vasco, con el alavés Jesús Echave a la cabeza, quiere poner en circulación para finales de este año. A la espera de que el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, apadrine el primer prototipo el próximo día 24 en Bruselas, el flamante fichaje de invierno ya trabaja en su despacho del edificio Alas. Su cometido, dirigir todo el proceso industrial que implicará la fabricación en serie de este revolucionario utilitario.

¿Cómo se gestó su llegada a este proyecto?

A través de amigos comunes. Estando en Brasil recibí una llamada hace unos cuatro meses que me ofrecía la posibilidad de participar en este proyecto y acepté.

¿Sin más?

Navegué un poco por Internet para saber de qué estábamos hablando con más exactitud y al poco viajé hasta Vitoria para conocer a sus responsables. Tardé muy poco en saber que no me había equivocado. Vi y sigo viendo tanto entusiasmo en lo que han puesto en marcha sus impulsores que no quise dejar pasar la oportunidad.

Con más de treinta años en el sector y después de haber 'parido' infinidad de proyectos vinculados a la automoción en Alemania, Brasil o España, ¿qué le llamó la atención de éste?

La ilusión de los empresarios, en primer lugar, pero sobre todo el concepto de que los empleos que se están generando y los que se generarán son de alta cualificación tecnológica. Y esto era una vieja aspiración que siempre tuve en mi etapa en Mercedes en Vitoria, la de ser capaz de crear algo que sea más que una fábrica de montaje. Algo que podamos decidir aquí, en casa, y no en el extranjero.

¿Cuál va a ser su cometido?

Quiero ayudar a promover nuevas tecnologías y atraer proveedores que puedan encajar en este concepto. Y esto va a reforzar la reputación histórica que el País Vasco siempre ha tenido en el sector de la automoción.

¿En qué fase de maduración cree que se encuentra este proyecto?

Yo diría que el producto en sí mismo y el momento actual, con esa ola imparable que hay en Europa por el desarrollo de todo lo eléctrico, sugieren que es el adecuado para que pueda triunfar.

¿A qué achaca esa fiebre?

Desde luego a la parte política, que está incidiendo en ello sobremanera, pero también existe un hecho técnico objetivo. Y es que la limitación de las emisiones de CO2 en coches y camiones es limitada y está llegando a su fin. No es posible obtener motores de combustión como los actuales menos sucios, con cero emisiones. Y ahí es donde entraría la tecnología eléctrica.

¿Tiene clara su primera decisión?

Asegurarme de que el coche funcione y funcione bien. Tenemos que pulir el prototipo y retocarlo. Necesitamos diferenciarnos de los otros vehículos eléctricos de la competencia.

¿Hasta cuándo estará en Vitoria?

He sellado un pacto de caballeros (risas) que me ligará a Hiriko hasta que el tiempo quiera, pero bromas al margen lo cierto es que sí me gustaría que fuera el necesario para que en el futuro, cuando este coche sea un éxito y una realidad, mi nombre pueda estar asociado a su desarrollo. Eso sería gratificante para mí.