cannes. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, confirmó ayer que el Fondo Monetario Internacional (FMI) supervisará trimestralmente, junto con el Ejecutivo comunitario, la economía de Italia para garantizar que aplique los ajustes y las reformas anunciadas con el fin de reducir su deuda. "Inspectores de la Comisión viajarán la semana que viene a Roma para evaluar las reformas anunciadas por el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, para estabilizar la economía italiana", informó Barroso.
"Italia ha decidido por iniciativa propia pedir al FMI que supervise la aplicación de sus compromisos", dijo el mandatario comunitario, quien añadió que "es una prueba de lo importante que el proceso de reformas en Italia es para el país y para la eurozona en su conjunto". La base de la supervisión por parte del Fondo será la carta enviada la semana pasada por Berlusconi a Barroso y al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la que enumeraba las reformas, entre ellas el retraso de la edad de jubilación, la reforma del mercado laboral o la enajenación y venta de bienes públicos. Los países de la eurozona ya pactaron en la cumbre del 26 de octubre que el Ejecutivo comunitario vigilará la aplicación de estas reformas. "Todo lo que podamos hacer para garantizar la credibilidad de los esfuerzos de todos nuestros Estados miembros es importante, no sólo para la eurozona sino para la estabilidad mundial", resaltó Barroso. Por su parte la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, celebró la decisión de Italia de invitar al FMI para que "intensifique" su trabajo de vigilancia de la economía del país y para que preste su apoyo a los grandes pasos que está adoptando el Gobierno. Lagarde destacó que el problema al que se enfrenta principalmente Italia es la falta de credibilidad del Ejecutivo respecto a las medidas que ha anunciado. Ante este discurso en Italia se recrudecían de nuevo las voces que exigen la dimisión del primer ministro, Silvio Berlusconi. Sin embargo, Il Cavaliere no las escucha. Ayer descartó irse, ya que ello equivaldría, a su juicio, a "traicionar" a Italia y se mostró convencido de las medidas de ajuste que ha presentado.