Donostia. Tras un verano en el que solo ha tenido una semana de vacaciones, el presidente de Kutxa, Xabier Iturbe, nos recibe en su despacho con la satisfacción de haber conseguido el objetivo previsto a pesar de los augurios de algunos maldicientes que una y otra vez recordaban el fracaso de la fusión de 2008. “Hemos trabajado bien y lo hemos conseguido. Es mérito de todos”, se justifica Iturbe haciendo suya esa forma de hacer guipuzcoana de auzolan.
No han pasado quince días desde la aprobación de las asambleas de las cajas y Kutxa Bank ya cuenta con organigrama...
Llevamos quince días de integración y estamos muy contentos porque estamos consiguiendo lo más importante, que es que la gente pase de sentir que tiene la camiseta de Kutxa, de Vital o de BBK a que sienta que tiene la de Kutxa Bank. Eso es lo más importante y lo estamos consiguiendo.
¿Significa eso un cambio de cultura entre las personas?
Tenemos una mentalidad de grupo y todo lo que tenemos, tanto lo bueno como lo malo, es de todos. Lo más importante es que entre los tres presidentes estamos dando ejemplo y así lo hemos trasmitido en las reuniones que hemos tenido. No vamos a permitir ningún tipo de camarillas y grupúsculos.
¿Se trata de que Kutxa Bank sea más que la suma de tres entidades?
Ése es el objetivo. Buscamos que de las tres cajas salga un gran banco social y que uno más uno, más uno, sea más de tres, y que sea un proyecto nuevo y diferente. Kutxa Bank no es un proyecto territorial, sino de toda Euskadi.
¿Cuáles van a ser las señas de identidad del banco?
Vamos a primar la profesionalidad y la meritocracia y el que quiera va a tener unas oportunidades profesionales de acuerdo a la capacidad que tenga. En segundo lugar, va a ser un banco social porque su propiedad es de las cajas de ahorros, que pertenecen a la sociedad con un compromiso con el territorio. En tercer lugar, todo lo que genere el negocio va a revertir a la sociedad a través de la Obra Social.
El tamaño que tiene Kutxa Bank le va a permitir realizar compras, una vez concluida la reordenación de las cajas. ¿Cuándo se prevé el inicio de esa política de compras?
Estamos viendo que, tal y como está el sector, puede haber oportunidades de inversión muy interesantes.
Todavía es pronto porque no se ha tocado fondo, pero hay que estar atentos.
¿Puede ser en 2012?
Creo que puede ser en 2012. Este fin de semana se está celebrando una reunión del European Banking Associated (EBA) en la que van a decidir la política de recapitalización y cuál es el esquema del sistema financiero europeo. Creo que esa reunión puede ser el final del proceso y de tocar fondo.
¿Esa política de compras podría desarrollarse en el extranjero?
Evidentemente no descartamos nada y, por supuesto, no nos vamos a limitar al entorno del Estado. Estudiaremos aquello que entendamos que genere valor para el grupo, independientemente de dónde esté. Otra cosa son las cuestiones regulatorias, ya que, tal y como está ahora mismo el sistema financiero, las regulaciones obedecen a planteamientos muy estatales.
Parece sorprendente que se hayan marcado un plazo de seis meses para cerrar la integración.
Es el plazo que entendemos va a durar el periodo de transición de lo que son las tres cajas a Kutxa Bank. A partir de esos seis meses, Kutxa Bank tendrá su entidad y funcionará como una sola organización. Solo le faltará la integración de los sistemas informáticos, que se prevé para dentro de un año.
¿Eso quiere decir que en el primer trimestre de 2012 Kutxa Bank será una realidad operativa?
Sí, efectivamente. Organizativamente funcionará como una sola entidad, aunque jurídicamente será operativa desde el 2 de enero.
¿Son plazos normales en una fusión de este tipo?
Los plazos son razonables. Creo que en la integración es tan importante como el plazo es hacerlo bien. Lo que pretendemos es hacerlo en seis meses como plazo razonable, pero hacer una integración de verdad.
¿Hay alguna razón especial para que la integración vaya tan rápida?
Este es un proyecto que lleva muchos años en el candelero y los empleados de las tres cajas tienen muy interiorizado que este momento iba a llegar. No diría que estaban con muchas ganas o hambre de fusión, pero estaba muy interiorizado. Somos tres culturas muy parecidas, gentes que nos conocemos y en cuanto hemos implantado el primer organigrama todo está rodando muy bien.
¿Ha habido alguna dificultad a la hora de confeccionar el organigrama, teniendo en cuenta las dificultades inherentes a las fusiones?
Como nos conocíamos muy bien y todos estamos de acuerdo en que debíamos aplicar criterios profesionales, ha sido muy fácil ponernos de acuerdo en la gente que va a estar en el primer nivel.
¿Se echa en falta un mayor peso guipuzcoano en los puestos clave del staff de Kutxa Bank?
Creo que no. De hecho, casi todos los miembros del comité de dirección de Kutxa están colocados en algún sitio. No se ha hecho con criterio territorial, sino de capacitación, profesionalización y sentido común. De hecho, el organigrama se ha aceptado muy bien en las tres cajas y Kutxa tiene su peso, pero ése no era el objetivo. Como he dicho antes, todo es de todos y todo es Kutxa Bank. Es un primer organigrama que luego, lógicamente, con los años se irá amoldando a la gente, a las capacitaciones. No se ha hecho con un criterio territorial, sino profesional.
¿El que Ud. presida el comité de integración significa una gran responsabilidad a la hora de fijar las bases de lo que será Kutxa Bank?
El comité de integración tiene una labor muy importante, que es definir el modelo de funcionamiento del nuevo banco, así como la forma en que va a desarrollar y los planes de futuro. Asimismo, debe definir el organigrama del segundo nivel de todas y cada una de las áreas del banco. Es un trabajo crítico y fundamental porque ahí se van a definir los pilares y los cimientos de funcionamiento del banco.
¿Cómo se va a articular el consejo de administración de Kutxa Bank? ¿Se conseguirá el consenso necesario entre los grupos políticos?
El consejo de administración por ley tiene que estar compuesto por profesionales de reconocido prestigio. Siendo la propiedad de las tres cajas y teniendo su capacidad de nombramiento en ese órgano, los tres presidentes entendemos que sería bueno un consenso general de las distintas sensibilidades políticas para nombrar a los miembros de ese órgano. El objetivo es que el 2 de enero el banco empiece a funcionar operativamente sin ninguna presión y con una estabilidad y un apoyo social que permita centrarse en su función que es el negocio financiero.
¿Cuáles son las previsiones para el primer ejercicio de Kutxa Bank?
Tenemos un escenario muy prudente. El primer año no vamos a obtener los ahorros por las sinergías que tenemos, pero la integración, como ocurre con estos procesos, nos permite un juego contable que va a hacer que la cuenta de resultados mejore. En el primer año nos van a permitir hacer dotaciones futuras pasadas por patrimonio, con lo que la cuenta de resultados del 2013 comenzará con menos carga porque estará más limpia. Para 2012 tenemos previsto un beneficio en torno de los 500 millones de euros. Ese beneficio irá creciendo alrededor del 15 y 20%, aunque es muy difícil hacer previsiones en la situación en la que estamos.
¿El aplazamiento de la Ley de Cajas va a afectar a la fusión?
No tendría por qué, ya que por un lado van las asambleas y los consejos de las cajas y, por el otro, los órganos de gobierno de Kutxa Bank. Sería un trastorno innecesario que la renovación de las asambleas de las cajas se haga con la antigua ley para, dos meses después, cambiar su composición con arreglo a la nueva normativa. Lo ideal es que el consejo de administración de Kutxa Bank, que se tiene que constituir antes del 2 de enero, tenga el consenso de todas las fuerzas políticas para que cuando se renueven las asambleas de las cajas no haya un impacto directo en el banco hasta que no concluya el mandato de cuatro años.