Bilbao. La necesidad imperiosa de avanzar en un sector comatoso como el del ladrillo azuzó ayer en Bilbao el nacimiento oficial de la gran constructora vasca, Kemen Group. Un consorcio formado por tres firmas de referencia en el sector vasco (Galdiano, de Donostia; Olabarri, de Bizkaia; y Aralan, de Álava) y cuatro socios-colaboradores como LKS, Tecnalia, Euskaltel y Astillleros de Bermeo, que nace con vocación de convertirse en un referente en el mercado internacional de la obra civil y la edificación y con el objetivo de "seguir siendo fuertes en el País vasco, continuar creando empleo y convertirnos en un elemento tractor de la economía vasca", avanzó el director general, Joseba Azkarraga.

La puesta en marcha de esta alianza, que no cierra las puertas a futuras incorporaciones, se produce con los fondos propios de las tres compañías, una decisión de "gran riesgo" en la que sus impulsores habrían agradecido "un poco más de apoyo" por parte de la Consejería de Industria, uno de los principales arietes en la internacionalización de las empresas. "Ojalá haya más implicación en el futuro por parte del Gobierno, no ya económica, que entendemos compleja, pero sí a través de otro tipo de ayudas como los avales técnicos, por ejemplo", sugirió Azkarraga.

En su corta existencia de vida, Kemen Group ya ha podido constatar el acierto que ha supuesto su pionera integración. Hasta la fecha, a título individual, las tres constructoras cuentan con 54 proyectos internacionales licitados por valor de 1.000 millones de euros, de los cuales, avanzaron ayer, les han sido adjudicados el 10%; tres de ellos en Camerún y otro más en Bahrein. En cartera existe además una perspectiva de adjudicación de una nueva obra en Omán -en este caso un puerto- por importe de 62 millones. Para dar respuesta a la gestión de este tipo de proyectos integrales el grupo cuenta ya con 37 expatriados en casi 20 países de tres continentes.