vitoria. Los fabricantes tradicionales de automóviles, prácticamente todos, ya tienen sus modelos de coches eléctricos a punto de salir a la calle y la oferta, tanto de vehículos exclusivamente eléctricos, como de eléctricos con un motor de gasolina para recargar las baterías, e híbridos permite a los consumidores plantearse su adquisición como una alternativa real al vehículo clásico. Pero la realidad es que las optimistas previsiones de ventas europeas no se cumplen, según reconocieron los ponentes en unas jornadas sobre el vehículo eléctrico organizadas en Bilbao este semana por el semanario económico El Nuevo Lunes.
En un mercado como el español, con las ventas de coches cayendo más del 20%, las de automóviles eléctricos han sumado menos de 300 unidades en lo que va de año y no se espera llegar a 1.000, muy lejos de las optimistas perspectivas del Gobierno español, que estimó las ventas del año en 20.000 unidades. En teoría el potencial del automóvil con tracción eléctrica tiene todo el sentido del mundo, pues reduce la dependencia del petróleo, emite menos CO2 y es más eficiente, aunque su implantación no está resultando tan sencilla como se preveía hace un par de años.
En la primavera de 2010, el Gobierno español presentó un ambicioso plan de 600 millones de euros para impulsar el coche eléctrico. "Según este plan, en el año 2011 se matricularían 20.000 eléctricos puros e híbridos enchufables y en 2012, otros 50.000 vehículos". El Gobierno Vasco también es un firme impulsor de este proyecto. De hecho ha constituido junto a Repsol la sociedad Ibil, un gestor de carga, que está implantando una red de electrolineras además de apoyar los desarrollos tecnológicos de Mercedes, que fabrica en Vitoria sus primeras furgonetas eléctricas. No hay que olvidar que además de Iberdrola, compañías como Ingeteam o Cegasa también trabajan en temas relacionados con la carga y las baterías, por no hablar del Hiriko, el primer vehículo urbano Made in Euskadi.
Para Mikel Lorente, director técnico de AIC -el centro de inteligencia del automóvil de Boroa-Amorebieta-, el número de coches sigue creciendo en todo el mundo. "El pasado año se fabricaron 72 millones, un nuevo récord, y en 2020 se construirán 100 millones pero sólo el 1,2%-1,4% serán totalmente eléctricos. Si se cuentan los híbridos y demás puede llegar al 14%", calcula. Para Gaspar García, subdirector de la planta de montaje de Renault Valladolid, confía que el lanzamiento del Twizy, un vehículo eléctrico absolutamente urbano de 5.000 euros, puede suponer un lanzamiento de la movilidad eléctrica. El coche con un motor eléctrico es mucho más eficiente que uno con motor de combustión pero sus altos costes de adquisición, la escasa autonomía y las incertidumbres derivadas de la no estandarización de baterías, pesadas y caras, y modos de recarga están lastrando su despegue comercial.
En cualquier caso, este vehículo tiene numerosas ventajas. A la larga sale mucho más barato, ya que no sólo se ahorra en gasolina y aceite, sino también en mantenimiento, casi inexistente, baterías aparte. La electricidad, además de ser más barata que la gasolina, puede producirse mediante energías 100% renovables. Por supuesto un coche eléctrico es mucho más silencioso y más fácil de conducir, porque ofrece más elasticidad que un coche con motor convencional. Y aplica toda su potencia desde el primer momento en el que se empieza a acelerar. Además, si cuenta con frenos regenerativos, pueden recuperar energía en las frenadas.
Desventajas En el capítulo de las desventajas, el eléctrico tiene a fecha de hoy dos grandes inconvenientes: precio y autonomía. Su precio inicial es muy superior al de los vehículos tradicionales impulsados por combustibles fósiles. Un modelo como el Mitsubishi I-Mev costará 35.000 euros, mientras que su equivalente en gasolina, tres veces menos (unos 10.000 euros). Y respecto a la autonomía, de momento se limita a trayectos de unos 150 kilómetros. Una vez que agota su batería, la recarga se puede dilatar un mínimo de 45 minutos en una electrolinera con el sistema más avanzado de hoy en día y durante más de ocho horas, en una conexión doméstica. El retraso en la red de puntos de conexión eléctrica puede ser también un obstáculo adicional. Además aunque los coches no contaminan la generación de electricidad sí, salvo que sea eólica o hidráulica.