Washington. El grupo de las veinte naciones más poderosas del planeta (G-20) prometió AYER dar una respuesta "fuerte y coordinada" a los problemas por los que atraviesa la economía mundial y a las actuales turbulencias de los mercados.

En un comunicado consensuado durante una cena de trabajo de los ministros de Finanzas en Washington, el G-20 citó como desafíos los "riesgos derivados de las tensiones en los mercados de deuda soberana, la fragilidad del sistema financiero, la turbulencia en los mercados, el débil crecimiento económico y un inaceptable nivel de desempleo".

Los ministros se comprometieron igualmente a "hacer todo lo necesario" para asegurar la estabilidad del sistema bancario y a aplicar las medidas prometidas en los planes de ajuste presupuestario.

La declaración del G-20, previa a la inauguración en Washington de las asambleas anuales del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, se produce después de varias jornadas de enorme volatilidad en los mercados, provocadas por el temor a una nueva recesión a nivel mundial y a la posibilidad de que Grecia termine declarándose en suspensión de pagos.

La vicepresidenta y ministra española de Economía y Hacienda, Elena Salgado, participó en la cena de trabajo del G-20, que no tenía previsto inicialmente adoptar ninguna resolución pero, según varios de los asistentes, la convicción de que se hace frente a una situación "grave" aconsejó la publicación del mensaje.