Madrid. El presidente de EEUU, Barack Obama, instó ayer a los europeos a coordinar mejor sus políticas fiscales para resolver la crisis de la deuda, cuyo foco inmediato es Grecia, pero el mayor problema pueden ser España e Italia, si los mercados siguen arremetiendo contra ellos. En una mesa redonda con un reducido grupo de medios de habla hispana, el presidente de EEUU abordó la actual crisis europea de la deuda y que consideró que mientras no se resuelva "seguiremos viendo debilidades en la economía global".
Grecia, señaló, es ahora mismo el "gran problema inmediato", pero "el mayor problema" es, según apuntó, "lo que pase en España e Italia si los mercados siguen arremetiendo contra esos países muy grandes".
Una de sus principales críticas se refirió a la falta de una política fiscal coordinada entre los países europeos, que hace más difícil acordar medidas para atajar la crisis.
Los líderes en Europa tendrán que "tomar una decisión acerca de cómo conjuntar la integración monetaria con un conjunto más efectivo de políticas fiscales coordinadas".
A su juicio, "al final, los países grandes en Europa, los líderes en Europa, tendrán que reunirse y tomar una decisión sobre cómo pueden conjuntar la integración monetaria con un conjunto más efectivo de políticas fiscales coordinadas".
"Ahora mismo hay una moneda única pero no un conjunto único de políticas económicas", algo que a su juicio complica la coordinación y la adopción de medidas.
El próximo viernes el secretario del Tesoro de EEUU se reunirá en Wroclaw, Polonia, con los ministros de finanzas de la zona euro. Tim Geithner aprovecharía esa cita para pedir a los países miembros de la Unión Europea que aumenten el tamaño del fondo de rescate.
"no cuestiona la solvencia" Por su parte el Gobierno español restó importancia a las palabras de Obama porque no cree que haya puesto en cuestión la solvencia de España al advertir de la importancia de que este país evite el contagio de la crisis griega, dado su mayor peso en el conjunto de la UE.
No obstante, algunos representantes de la clase política y empresarial española consideran imprudentes imprudentes las palabras de Obama, que señaló que el mayor problema para Europa pueden ser España e Italia si continúan los ataques de los mercados ante el temor de que también tengan dificultades para afrontar su deuda.
Mayores críticas generaron las palabras del expresidente del Gobierno Felipe González, quien exhortó a los países de la UE a reconocer que Europa está "al borde del precipicio", situación que el Ejecutivo niega porque considera que la quiebra de Grecia es evitable.
La vicepresidenta económica, Elena Salgado, aseguró que las palabras del presidente estadounidense no son distintas de las de los dirigentes europeos y vienen a decir que "es necesario evitar el contagio" de Grecia a economías más fuertes.
El candidato socialista a la presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, ve necesario ayudar a Grecia, pero también recomienda "aislar" a este país para "impedir" que contagie al resto, sobre todo a España e Italia.
En referencia a las declaraciones de Felipe González, el secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, negó que Europa esté el borde del abismo y aseguró que no es el momento de anticipar posibles "fracasos, desastres o precipicios".
La portavoz del grupo parlamentario popular, Soraya Sáenz de Santamaría, cree que González debería cuidar más sus opiniones para facilitar que Europa "salga adelante" y echó en falta que el expresidente aludiera a un "auténtico programa de reformas" que -en su opinión- ni el Gobierno ni el PSOE "parecen tener".
Por su parte, el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida criticó a Obama por señalar a España como el principal problema de Europa, si bien admitió que la situación española es delicada y que el país se encuentra "con respiración asistida".
Para el portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, el problema no es lo que diga Obama, sino una situación poco halagüeña que ha de ser motivo de preocupación.