bruselas. La Unión Europea (UE) aprobó ayer dos nuevos tramos de los programas de rescate financiero a Irlanda y Portugal, por 7.500 millones y 11.500 millones de euros, respectivamente.

La autorización para desembolsar los fondos fue acordada después de que los supervisores internacionales -la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- confirmaran el avance positivo de las medidas de ajuste en ambos países. "Durante su visita a Dublín en la primera mitad de julio y a Lisboa a principios de agosto, las tres instituciones comprobaron que el programa irlandés y portugués van por el buen camino", indica el Consejo de la UE en un comunicado difundido ayer.

En especial, constataron que ambos países están cumpliendo importantes hitos del programa y demostrando su compromiso para hacer frente a las debilidades de las finanzas públicas y el sector financiero, así como en relación a la competitividad, detalla la nota.

De los 7.500 millones de euros que se concederán a Irlanda, 5.500 millones corresponden al tercer tramo de asistencia financiera europea y serán desembolsados en dos entregas: 2.500 millones a finales de septiembre y 3.000 millones en octubre. La parte restante la aportarán el FMI (1.500 millones) y Reino Unido (500 millones).

Portugal, por su parte, recibirá su tercer tramo de ayuda de 11.500 millones de euros, de los que 7.600 millones proceden de la UE y 3.900 millones del FMI. Estos fondos forman parte del paquete de asistencia financiera de 78.000 millones de euros acordado en mayo pasado, de los que 52.000 millones corresponden a la UE y 26.000 millones al FMI.

en la cuerda floja Por su parte, la Comisión Europea descartó ayer que el Gobierno italiano vaya a incumplir sus objetivos de déficit este año y el que viene por el reajuste en algunas de las medidas de ajuste económico recientemente anunciadas y finalmente rechazadas, como el gravamen adicional para las rentas más altas. El nuevo paquete de reajuste anunciado por Roma, que se eleva a unos 45.000 millones de euros, supone unos 4.000 millones menos que el anunciado inicialmente. "No esperamos que los objetivos de déficit acordados sean puestos en duda", explicó el portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios del Ejecutivo comunitario, Amadeu Altafaj.

En cuanto a Grecia, el ministro de Finanzas heleno, Evangelos Venizelos, afirmó ayer que su país debe evitar la adopción de nuevas medidas que agraven la contracción económica y asumió que se incumplirá el objetivo de déficit público para este año. Además, los supervisores internacionales que examinan los avances del Gobierno heleno en los objetivos y en la aplicación de las medidas de ajuste pactadas para el sexto tramo de ayudas financieras aplazaron ayer las negociaciones hasta mediados de septiembre.