BILBAO. Las estadísticas volvieron ayer a dar la razón a quienes aseguran que la economía todavía transita por el túnel, ni siquiera está empezando a remontar. Con el paro desbocado, las quiebras de empresas y familias, tanto en el Estado como en la CAV, continuaron en el segundo semestre del año con la tónica iniciada en el primero para completar el peor semestre desde que se empezaron a utilizar los procesos concursales a finales de 2004.

Según informó el INE el número de declaración de concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos) entre abril y junio se situó en 1.771. La CAV registró 97 quiebras. Son cifras solo superadas por las del primer trimestre del año. De este modo, se han declarado casi 3.600 insolvencias en el Estado durante este año, mutilplicando por ocho el ritmo anterior a la crisis, en torno a cuatrocientas quiebras semestrales. Los 223 procesos concursales activados en la comunidad vasca multiplican por casi cinco los de hace cuatro años, un 33% más que hace doce meses.

En cambio, los hogares que recurrieron a estos procedimientos en todo el Estado por no poder hacer frente a sus deudas han aumentado tan sólo un 1,8% en el último año.

El principal causante del crecimiento de las suspensiones es el fuerte repunte de las empresas y autónomos que se acogieron a concursos de acreedores, 1.494 en el conjunto del Estado sólo en el segundo trimestre. La debilidad de muchos negocios después de tres años largos de crisis es manifiesta y, aunque se han mantenido a flote hasta ahora, están sucumbiendo a los problemas de financiaciación o el parón de consumo. Los datos acumulados en lo que va de año apuntan una tendencia y los más probables es que el año termine con las cifras más altas desde que se empezó a aplicar la Ley Concursal. La construcción y la promoción inmobiliaria volvieron a ser un trimestre más el sector más afectado. A continuación figuró el comercio y depués el sector industrial. Con todo, no es extraño que el 60% de los autónomos tenga dudas sobre si podrá mantener su negocio en los próximos años, según la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA). "La situación económica por la que atraviesa el colectivo en agosto de 2011 es peor que la de hace un año. Las bajas y cierres de empresas son muy elevadas", explicó el presidente de ATA, Lorenzo Amor.