Fráncfort. En ese contexto, el BCE publica los lunes el volumen semanal de deuda pública adquirido en el mercado secundario.

Pese a las tensiones en los mercados de renta fija, el BCE no ha comprado bonos públicos de los países que comparten el euro desde finales de marzo, concretamente hace dieciocho semanas.

La entidad monetaria europea inició en mayo del pasado año este programa de compra de deuda pública para ayudar a los países que atraviesan dificulades de refinanciación y ha adquirido hasta ahora bonos por valor de unos 75.000 millones de euros.

Trichet anunció también que la entidad va a prestar a los bancos comerciales toda la liquidez que necesiten durante seis meses en una operación extraordinaria, debido a la reaparición de tensiones en algunos mercados financieros de la zona del euro.

El BCE adjudicará esta operación de refinanciación el próximo 10 de agosto, mediante un procedimiento de subasta a tipo de interés fijo y adjudicación plena.

La tasa de interés de la operación será indexada a la media a la que se sitúen los tipos de interés rectores en el periodo de vida de la operación, que vencerá el 1 de marzo de 2012, ya que los bancos pagan el interés una vez que vence la operación.

Además, el BCE prestará a los bancos toda la liquidez que necesiten un trimestre más, hasta el 17 de enero de 2012, en sus operaciones principales de refinanciación, las subastas semanales.

El BCE también adjudicará a los bancos todo el dinero que soliciten en operaciones de refinanciación especiales hasta finales del primer trimestre del próximo año.

Asimismo Trichet consideró que la política monetaria es todavía "acomoaticia" y aseguró que el consejo de gobierno va a observar "muy de cerca los riesgos al alza para la estabilidad de precios".

Previamente el consejo de gobierno del BCE decidió por unanimidad mantener en el 1,5 % su tasa rectora, el tipo de interés al que presta el dinero a los bancos comerciales en todas estas operaciones de refinancición.

Trichet destacó que se ha producido una desaceleración del ritmo de crecimiento económico de los países de la zona del euro en los últimos meses, tras haber presentado un fuerte crecimiento en el primer trimestre.

El presidente del BCE también apostilló que es elevada la incertidumbre sobre el crecimiento económico.