Vitoria. La situación laboral en Mercedes arde como el verano. La unidad sindical que hace semanas saltó por los aires entre sus ochos centrales no sólo no ha cicatrizado sino que la brecha continúa ensanchándose conforme avanzan los días. El último capítulo de esta hemorragia se produjo ayer. Por un lado, los cuatro sindicatos dispuestos a negociar con la dirección las condiciones del nuevo convenio (UGT, CCOO, Ekintza y USO conforman mayoría suficiente con 14 de los 27 delegados) volvieron a reunirse ayer con Mercedes en un nuevo intento de agotar todas las vías posibles de diálogo por el bien de la plantilla. Del encuentro poco se supo más allá de las "buenas intenciones" de ambas partes, que volverán a reunirse en la que será la cuarta reunión de esta nueva era negociadora en la primera semana de septiembre.
Por otro, el resto de centrales (ELA, LAB, ESK y CGT) suscribieron un comunicado en el que cargaron duramente contra los primeros, exigiéndoles en uno de sus últimos párrafos que "reconsideren su postura" y "trabajen por restablecer la unidad de acción del comité". Una unión que, según los portavoces favorables a negociar con la empresa, rompió "única y exclusivamente" ELA el pasado 15 de julio, con una serie de acusaciones y mensajes "absolutamente falsos" al resto del comité y la plantilla de Mercedes. Aquel gesto fue la gota que colmó el vaso de una semana donde esta central "caldeó el ambiente hasta límites insospechados", denunció entonces la mayoría del comité. Desde entonces, cada uno decidió emprender su camino y los afiliados de cada central apostaron por negociar por separado. n la nota remitida ayer por los críticos con esta forma de proceder, criticaron la "nula voluntad" de Mercedes de negociar "con el conjunto del comité durante todo el proceso", así como la "renuncia" de UGT, CCOO, Ekintza y USO a defender la plataforma elaborada por todos los representantes, una actitud que calificaron de "vergonzosa".
Asimismo exigió este grupo volver a estar en las negociaciones del convenio -"en ningún momento nos hemos negado a negociar, ni hemos ido en contra de los criterios acordados por el resto; han sido ellos quienes lo han incumplido"- y advirtió de que una "agresión de este calibre" no puede quedar sin respuesta. Anunciaron en este sentido para septiembre la celebración de una asamblea general con el objetivo de rechazar este tipo de actuaciones. Desde la versión digital de UGT se restó importancia a las acusaciones, calificándolas como "el disco de siempre" que sólo sirven para "enmierdar" la situación.