vitoria. En el ámbito empresarial, la máxima es tan antigua como certera: en la fortuna está el origen de todos los males. La historia está plagada de ejemplos que corroboran este silogismo y, si no, que se lo pregunten a Eulen, un grupo empresarial fundado en 1962 que hoy emplea a más de 80.000 trabajadores en el sector servicios y cuyo impulsor fue un leonés, David Álvarez, que a los tres años recaló en Bilbao y en 1978 puso en marcha formalmente la empresa del búho en una notaría de la capital vizcaína bajo el nombre de Consultora Europea de Servicios.
Desde entonces, el crecimiento de Eulen ha sido exponencial. Bajo el gobierno de Álvarez ha diversificado su actividad hacia sectores tan dispares como el de la restauración colectiva, el transporte de agua, la restauración de fachadas, la explotación ganadera para la producción de carne en la montaña a través de la marca Valles del Esla o el sector vitivinícola, con la enseña de Vega Sicilia como máximo referente.
tragedia familiar Precisamente en esta firma, en concreto en El Enebro, que es la sociedad que aglutina todo el patrimonio de la familia Álvarez, incluida la prestigiosa bodega, se esconde gran parte de la tragedia familiar que enfrenta desde hace meses al patriarca con cinco de sus siete hijos, responsables de su cese fulminante como presidente de esta sociedad patrimonial.
Ahora, 21 meses después, el juzgado de lo Mercantil número 7 de Madrid ha dictado una sentencia en la que considera nula de "pleno derecho" la junta extraordinaria de accionistas que sus hijos díscolos (Pablo, Emilio, Juan Carlos, Elvira y Marta) convocaron sin el consentimiento del presidente (y padre) el pasado 18 de enero y que supuso el cese de éste. También reconoce el fallo como "nulas" todas las operaciones que éstos hubieran puesto en marcha en este tiempo y devuelve el poder absoluto de esta sociedad al octogenario fundador del grupo de servicios.
Como era de prever, la sentencia ya ha sido recurrida por los hijos críticos, al igual que ocurriera hace unas semanas, cuando otro juez reconoció para su mala suerte los derechos políticos sobre el 70% del capital social de El Enebro al mismo Álvarez y dos de sus hijos.
segunda victoria judicial Sin quererlo, esta segunda victoria judicial deja en el aire la llegada a Rioja Alavesa de Vega Sicilia, sin duda la bodega de mayor prestigio de España. El enclave escogido es Samaniego, donde ya se estaría construyendo una espectacular bodega de 26 millones de euros que dispondrá de un viñedo de 110 hectáreas repartido entre Rioja Alta y Rioja Alavesa. El movimiento de terrenos y la adquisición de estos viñedos viejos a pequeños agricultores de la zona comenzó hace dos años bajo una discreción casi absoluta que también ha mantenido en el anonimato la identidad del socio que acompañará a Vega Sicilia en este ambicioso proyecto. El partner en cuestión es el barón Benjamin de Rothschild, una de las mayores fortunas de Francia y propietario de LCF Rothschild, un fondo que gestiona 100.000 millones de euros. El acuerdo al 50% entre ambas familias se cerró el pasado 12 de abril -sin el consentimiento paterno- dando lugar a la sociedad Bodegas Benjamín de Rothschild&Vega Sicilia, cuyo consejo de administración está presidido por Ariane de Rothschild, esposa del barón. Según el plan estratégico diseñado por Pablo Álvarez, consejero delegado de la bodega y uno de los cinco hijos críticos, las obras culminarán el año que viene.
O no. Porque una vez retomado el mando absoluto, su padre ya ha anunciado para después del verano que auditará con lupa todas y cada una de las decisiones tomadas por sus hijos díscolos, incluida la nueva bodega en Rioja Alavesa, durante el tiempo que ha estado desterrado de El Enebro. Esta sociedad cuenta entre su patrimonio, además de Vega Sicilia, con Bodegas y Viñedos Alión, Bodegas y Viñedos Pintia y las cárnicas de Valle del Esla. En 2010 facturó 40 millones de euros y aumentó un 25,6% sus beneficios antes de impuestos.