Vitoria. En pleno debate sobre la conciliación laboral y la necesidad de implantar un nuevo régimen de horarios que incrementen la productividad de cada trabajador, Ignacio Buqueras, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, reflexionaba hace días al respecto: "Los horarios actuales son machistas, hijos de otra época; debemos cambiar de mentalidad si queremos ser más productivos y reducir el absentismo y la siniestralidad laboral". En esta misma línea, la presidenta de las empresarias alavesas, Julia Liberal, comparte esta misma filosofía, que afecta de lleno a cientos de autónomas alavesas.
¿Es machista el horario laboral?
Habría que analizar muchas cosas, pero también es machista el sistema económico puesto que las mujeres seguimos sin estar en los órganos de decisión de este país. Pero sí, somos las grandes perjudicadas porque la mujer ya ha salido de casa pero el hombre aún no ha entrado
¿En que punto cree que está la conciliación femenina en Álava?
En el caso de Ampea, donde la mayoría somos autónomas, la conciliación es complicadísima. Tenemos mujeres que empiezan la jornada a las seis de la mañana y la terminan a las nueve de la noche. Entiendo al señor Buqueras y sus propuestas que vienen de Europa, pero los españoles somos diferentes. ¿Es creíble pensar que vamos a estar todos a las cinco en casa y a las siete a cenar?
¿En manos de quien está la decisión de regular los horarios, de los empresarios o de los trabajadores?
Depende del sector en el que trabajes y la filosofía de cada empresa. La flexibilidad es muy diferente, pero sí creo que en las pymes se concilia más, funciona más el trato trabajador-empresario que el frío hecho de fichar. También estás más involucrado en los problemas de tus empleados y la gente responde después porque no se siente tanto un número o una ficha.
¿Por qué en la web de Ampea hay un enlace a las medidas de conciliación del Gobierno Vasco y en la de SEA cuesta encontrarla?
Te lo digo muy claro. En Ampea no podemos organizar ningún acto después de las siete de la tarde porque las empresarias tienen que conciliar, les esperan sus hijos o se sienten obligadas a estar con ellos en casa. Y ellos no. Pueden irse de cena o de copas tras una reunión porque tienen alguien en casa que hace esa parte conciliadora.