Bruselas/S.Petersburgo. Los ministros de Economía de la zona euro celebran hoy una reunión extraordinaria en Luxemburgo para tratar de desbloquear el segundo rescate para Grecia. La negociación quedó despejada de su mayor obstáculo tras el pacto alcanzado el viernes entre Francia y Alemania sobre la participación de la banca privada.

A falta de ultimar los detalles técnicos, no se espera que el Eurogrupo apruebe el nuevo plan de ayuda a Atenas, que probablemente se retrasará al menos hasta el 11 de julio, como reconoció ayer el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn.

Los ministros de Economía sí darán luz verde al pago del quinto tramo del actual rescate de 110.000 millones, que oscilará entre 12.000 y 18.000 millones de euros, y sin el cual Grecia suspendería pagos este verano. Y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pondrá su parte de este tramo (unos 3.300 millones), pese a que amenazó con suspender su ayuda hasta que no hubiera acuerdo sobre el segundo rescate, según fuentes europeas.

El segundo rescate ascenderá a alrededor de 80.000 millones de euros que deberán aportar la UE y el FMI, que se sumará a los 110.000 millones acordados el año pasado. Se espera además una contribución de los bancos de alrededor de 25.000 millones, según dijo el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders. Por otro lado, el presidente del Eurogrupo y primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, dijo ayer, en una entrevista al diario alemán Sueddeutsche Zeitung, que "el contagio de la quiebra podría alcanzar a Portugal e Irlanda y después, debido al alto nivel de deuda, a Italia y Bélgica, incluso antes que a España". Además, Junker defendió que Grecia no tenga que aportar fondos propios para poder recibir ayudas de la UE. "No comprendo esta perversidad europea que pretende que, cuando se conceden a Grecia volúmenes financieros importantes en materia de política de cohesión y de política regional, sigamos insistiendo en la obligación de cofinanciar esos programas", dijo.

Menos presión Por su parte, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, confió en que, con la aprobación de la ayuda a Grecia, se rebaje la "presión" de los mercados sobre países de la zona euro como España, Italia y Bélgica. Hay que tener en cuenta, a su juicio, que las tensiones sobre la deuda española tienen siempre su origen en problemas de otros países, por lo que el hecho de que España haya aplicado las reformas con prontitud debe dar "seguridad" al país. Los ministros de Economía de la eurozona pedirán a todas las fuerzas políticas griegas que aprueben el último plan de ajuste pactado con la UE.