bilbao. La economía vasca está en fase de recuperación, pero todavía no está fuera de la crisis, ha constatado Confebask en su último informe sobre coyuntura y perspectivas empresariales. El panorama sigue siendo muy complejo, con elementos de tensión como las restricciones de acceso al crédito, la crisis de deuda soberana, los precios de las materias primas, la inflación, el lastre para las exportaciones que supone la fortaleza del euro o la rigidez del mercado laboral. Con esas incertidumbres, los empresarios vascos consideran que todavía tienen por delante "dos años muy complicados donde lo relevante será la subsistencia". El presidente de Confebask, Miguel Lazpiur, y su secretaria general, Nuria López de Guereñu, expusieron ayer las preocupaciones de la patronal junto a Eduardo Aréchaga, responsable del Área Económica. Los empresarios perciben indicios de mejora -sobre todo en mercados-destino de las exportaciones como Alemania, China y Sudáfrica-, pero la caída ha sido tan profunda durante la crisis y la recuperación está siendo tan débil que todavía no se pueden enterrar los fantasmas que han colapsado la actividad los últimos años.
En ese sentido, Aréchaga afirmó que la economía vasca ha retrocedido en su conjunto hasta niveles de 2006, si bien el dato más inquietante es que el motor de la CAV, su industria, ha dado un salto hacia atrás hasta el año 2003. Según los cálculos de Confebask, la economía vasca puede llegar a crecer un 1,3% este año e incluso crear empleo neto con un incremento en la afiliación a la Seguridad Social de cinco mil personas. Son cifras insuficientes que demuestran que "va a costar salir de la crisis", explicó Aréchaga. Todo ello a pesar de que el perfil económico vasco, muy similar al alemán, sitúa a las empresas de la CAV en una posición más ventajosa que las del resto del Estado.
Paradójicamente, este último aspecto puede convertirse en un lastre, porque el mercado español es uno de los principales destinos de las exportaciones vascas. Y es precisamente ese retardo de la economía estatal sumado al del conjunto de las europeas, otro polo de atracción del comercio exterior de la CAV, el que les fuerza a augurar que no habrá recuperación plena al menos hasta 2013. Por ello, Nuria López de Guereñu situó como primer reto la resolución de los problemas de financiación de las empresas para "subsistir e invertir". Son necesarias actuaciones desde la Administración y también desde el propio sector financiero orientadas a dar más plazo a las empresas para devolver los prestamos ya contraídos, habilitar líneas de financiación y reactivar los flujos de crédito "en cantidad" y a un tipo de interés "adecuado" para "atender las nuevas necesidades" de liquidez de las empresas.
internacionalización Confebask considera además que sólo será posible romper el escenario de subsistencia si se apuesta con firmeza por la internacionalización. La "debilidad" de las perspectivas de crecimiento de la economía española obliga a las empresas a explorar nuevos mercados y por ello el impulso de la apertura al exterior "debe seguir siendo uno de los objetivos prioritarios de las políticas de promoción económica".
"Exportar, exportar, exportar, hay que seguir en esa línea", destacó López de Guereñu. La secretaria general de la patronal pidió un esfuerzo adicional de concienciación empresarial para que se "puedan enganchar" al tren de la internacionalización las pymes proveedoras de las grandes compañías vascas que ya compiten a escala mundial. El objetivo es "habilitar mecanismos" desde el ámbito público para que sea atractivo romper las barreras del mercado doméstico. En un segundo término, se sitúan "los retos a tres/cuatro años vista", que pasan por posicionar el tejido productivo de la CAV en los mercados emergentes, pero sobre todo por la flexibilidad laboral en las empresas y un nuevo modelo de diálogo social.
Lazpiur y López de Guereñu, durante la comparecencia ayer. Foto: EFE