Vitoria. Hablar de 5J es hablar, probablemente, del mejor jamón del mundo. Más de un siglo de historia dedicada a la crianza del ibérico que ha vuelto a capear de nuevo otra crisis gracias a la fidelidad de sus clientes. Desde su sede en la serranía de Huelva, 450 profesionales dan vida a una compañía con sabor que espera seguir creciendo en los próximos años a un ritmo del 20%.
Su producto es un bien de lujo. ¿Cómo lo está asumiendo en estos momentos de crisis el consumidor?
Nosotros la crisis la notamos menos en el sentido de que vamos dirigidos a un público objetivo de mayor nivel que considera al Jabugo intocable, pero sobre todo estamos haciendo mucho hincapié en el tema de la formación y en explicar nuestro proceso de elaboración a las personas que nos interesan, fundamentalmente profesionales de la hostelería.
Cuando habla de formación, ¿a qué se refiere exactamente?
A temas como el corte del jamón para sacarle mucho más rendimiento y aprovechar más la pieza. Eso que ahora se llama competitividad y productividad. Y luego por su puesto el tema del servicio del corte, que ha de estar a la altura.
¿A mano o a máquina?
No hay discusión. Siempre el corte ha de ser a cuchillo.
En estos momentos, ¿dónde está el mercado de su compañía?
El 90% de nuestras ventas se centran fundamentalmente en España, que es el país consumidor por excelencia, pero hace años que vendemos también en el extranjero, en 37 países en concreto, y el año pasado abrimos el mercado de China a través de la Exposición Universal de Shanghai. Vendimos 3.000 piezas y esperemos aumentar esa cifra pronto.
¿Qué previsiones manejan para el presente año?
Para 2011 y los próximos ejercicios nuestra estimación pasa por crecer en términos del 20%. Somos ambiciosos y realistas en ese sentido.
¿Dónde está la clave de su éxito?
Puede que se trate de un producto que gusta a todo el mundo. Pero sobre todo creo que la clave está en su materia prima, cerdo ibérico 100% puro, criado durante 18 meses en unas condiciones excepcionales: en 180.000 hectáreas de dehesa donde no sufre estrés (a razón de una hectárea por cochino), con una temperatura ideal, un control de su desarrollo y alimentación exhaustivo... ¡Todo el mundo se rinde a los pies del jamón de Jabugo!
¿Es su negocio cada vez más industrial y menos artesanal?
No, en Osborne caminan de la mano la calidad y la innovación. El proceso es manual y lo llevan a a cabo cada día 450 personas, pero sí es cierto que trabajan en cadena, bajo unos parámetros logísticos inevitables para hacer llegar luego nuestros productos a nuestros clinetes con las máximas garantías de calidad. Pero así y todo, hay muchísima mano de obra detrás de este producto.