Vitoria. El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) ha reconocido que la muerte de un exoperario de Aceros de Llodio, actualmente Sidenor, se debió a un cáncer de pulmón que desarrolló tras estar expuesto durante años a fibras de amianto, con lo que son ya tres los fallecidos por esta causa en dicha empresa alavesa.
El sindicato CCOO, que solicitó una investigación a Osalan sobre esta muerte, ha informado hoy en un comunicado sobre la resolución del INSS, que permitirá a la viuda del fallecido duplicar su pensión de viudedad y percibir los atrasos desde el 2 de febrero de 2009.Ésta es la tercera vez que el INSS o los jueces reconocen que la muerte de trabajadores de esta planta se debió a enfermedades profesionales relacionadas con el amianto, aunque según CCOO hay otros seis casos conocidos de afectados por patologías relacionadas con la exposición a este mineral que están en estudio o pendientes de resolución.
El obrero al que se ha reconocido ahora su muerte por una enfermedad profesional, Santiago R.M., estuvo expuesto a fibras de amianto entre 1966 y 1980, cuando hacía tareas de limpieza y desescombro de hornos, aunque posteriormente y hasta 1987 siguió en labores de mantenimiento en la acería.
Este trabajador se jubiló en 1997 pero hasta 10 años más tarde no presentó síntomas de fatiga grave y un dolor persistente en el tórax que le obligó a ser ingresado en un centro sanitario, donde le diagnosticaron un mesotelioma y calcificaciones pleurales.
Tras mucho sufrimiento y un intenso tratamiento con radioterapia y quimioterapia, falleció en enero de 2009, recuerda CCOO, que requirió una investigación a Osalan al sospechar que había muerto por una enfermedad profesional, como así lo confirmó este instituto y la Inspección de Trabajo.
Sidenor alegó que no era trabajador suyo y que no se le podía exigir ninguna responsabilidad, pero esta pretensión fue rechazada al demostrarse que hubo una sucesión de empresas entre la antigua Aceros de Llodio, cerrada en 1992, y la actual Sidenor Industrial.
El responsable de Salud Laboral de la Federación de Industria de CCOO de Euskadi, Kepa González, ha puesto de relieve que ésta y otras resoluciones demuestran que los afectados por enfermedades profesionales pueden solicitar indemnizaciones pese a que sus dolencias surjan muchos años después desde la exposición al elemento contaminante.