Vitoria. Las negociaciones en Mercedes continúan su curso, aunque a una velocidad inferior a la prevista. En un proceso de esta naturaleza se sobreentiende el intercambio de golpes entre ambas partes, como así esta ocurriendo, pero en esta ocasión, tras cuatro reuniones, las sensaciones continúan sin ser buenas. Más bien todo lo contrario. El encuentro que ayer mantuvieron la dirección de la compañía alemana con el comité de empresa sólo tenía un único punto en el orden del día: explicar las condiciones de la propuesta elaborada por los trabajadores para asumir el nuevo convenio laboral. Dicho documento consta de casi 90 puntos, que ayer se analizaron uno por uno en una jornada que se alargó hasta las casi cinco horas.

El resultado fue malo. Ni hubo acercamiento en los puntos críticos -productividad, flexibilidad y movilidad- ni intención de haberlo. "En estos momentos hay mucha distancia entre ambas partes y no se prevé un acercamiento claro a corto plazo. El tema va para largo", advierte un portavoz sindical. En vista de este enroque mutuo y el apremio de la compañía por sellar cuanto antes el convenio -del que depende la adjudicación del nuevo modelo que sustituirá a la Vito y la Viano-, ambas partes acordaron al menos volver a sentarse a negoviar el próximo martes para analizar únicamente los capítulos de flexibilidad y movilidad, ejes centrales sobre los que pivota la oferta de Mercedes. "Su oferta es escandalosa. Piden flexibilidad absoluta y movilidad a la carta, a dedo, y eso no puede ser. Todavía tienen que cambiar muchas cosas", zanjó el mismo portavoz.