vitoria. Es el turno de las generaciones más jóvenes. Serán ellas, asegura Buqueras, quienes lideren la "reforma de las reformas" que necesita este país, la de la racionalización de los horarios. "Una medida que nos hará mejores personas y trabajadores más eficientes", pronostica este empresario y periodista neopensador.

Ahora que se habla tanto de la productividad, ¿trabajar más horas es trabajar mejor?

Rotundamente no. Lo que tenemos que hacer todos es optimizar el tiempo y estar las horas que nos marque el convenio laboral correspondiente. Hay que cambiar la cultura del presentismo, que es tercermundista, por una cultura de eficiencia que busque la excelencia. Tenemos que intentar trabajar por objetivos y perder el menor tiempo posible.

¿A qué se refiere?

A ser puntual en cualquier acto o reunión en la que uno participe y ser conscientes de que las personas no somos ni máquinas ni robots. Por tanto aquella persona que dice que está en la oficina 12 ó 13 horas, indiscutiblemente a partir de un momento determinado su rendimiento, por mucho que quiera, será decreciente.

¿Qué razones le daría usted a un empresario actual para que se adapte a su filosofía?

Le diría que trabajar tantas horas como dice no es eficaz, que cambiase sus almuerzos de trabajo por desayunos, algo que agradecería su bosillo, y le recomendaría que fijara las reuniones con horario de entrada y salida. Y ahí le pongo un ejemplo de efectividad. Amparo Moraleda, antigua presidenta de IBM en Europa, prohibía la celebración de reuniones a partir de las tres de la tarde. No las entendía productivas.

La racionalización de los horarios que propone también afecta al consumo energético, ¿de qué forma?

Es de pura lógica. Si estamos más horas en la oficina, taller o fábrica, la factura de la luz, aire acondicionado o calefacción será más grande, ¿no? Es evidente que el ahorro energético puede ser una realidad si se redujese el presentismo.

Al hilo de este tema, ¿qué le parece el planteamiento del Gobierno de reducir el límite de velocidad para, precisamente, ahorrar energía?

¡El chocolate del loro! Si en lugar de eso tuviéramos unos horarios normalizados como los demás países europeos, podríamos tener un ahorro mucho mayor que el que se pretende con esta medida. Este mismo Gobierno ya aprobó en su día el Plan Concilia, que marcaba las seis de la tarde como salida del trabajo para todos los Ministerios y organismos oficiales. Y eso quería decir luces apagadas en todas las instituciones. ¿Y se cumple? Pues resulta que no. Entonces, ¿qué nos están vendiendo estos señores? Creemos que ahora es el momento de que todos los organismos oficiales y las empresas cambien el chip y cierren a media tarde, y también que las televisiones adelanten sus espacios de máxima audiencia hasta las once de la noche, por ejemplo. ¿Cómo es posible que una gala de interés general como la de los premios Goya se celebre en domingo y concluya pasada la una de la madrugada?

¿Usted es consciente del cambio cultural que está proponiendo?

Absolutamente. Es todo cuestión de voluntad política.

¿Cómo puede un empresario sacar un mayor rendimiento de un trabajador?

Lo que hay que atender al máximo es al capital humano que tiene una empresa, que es casi más importante que el financiero. Para tener a las personas vinculadas con la empresa no hay que abusar de ellas, hay que atenderlas y saberlas respetar.

Y el tema horario es una forma...

Fíjese, los españoles trabajamos de media al cabo del año 230 horas más que un europeo y, sin embargo, somos los últimos en cuanto a productividad.

¿Por qué ocurre eso?

Está demostrado que no es un problema de tiempo sino de intensidad. Tenemos datos más que suficientes de empresas grandes, medianas y pequeñas que, habiendo cambiado sus horarios en el sentido de dar más flexibilidad a la hora de entrar y salir y marcarse unos objetivos, son más productivas.

¿Cuál es el peor enemigo

Lo que no tiene sentido común. No puede ser que haya directivos que se vayan a comer a las dos de la tarde, regresen a las cinco, tengan infrautilizados a sus empleados todo ese tiempo y luego acaben a las nueve de la noche. Todos estos hábitos nos llevan a acostarnos tarde y resulta que los españoles dormimos 53 minutos menos de media que los europeos, lo cual también incide en la baja productividad, el estrés, el absentismo y los accidentes.

¿Cree que esta situación cambiaría si quien tuviera el poder fueran las mujeres?

No le quepa a usted duda. Las mujeres son mucho más sensibles a estos planteamientos y mucho más prácticas. Y además pierden mucho menos tiempo que un hombre, en líneas generales. En este sentido, la mujer hace tiempo que salió de casa mientras que el hombre todavía no ha entrado.