MADRID. Así pues, en el mes de enero se canjeó un millón de euros (166,3 millones de pesetas) y sólo en billetes. Durante 2010, los españoles canjearon 3.328 millones de pesetas por las que percibieron 20 millones de euros, lo que supone un descenso del 9% en comparación con los más de 3.660,7 millones de las antiguas pesetas que se canjearon en 2009 (22 millones de euros).

La conversión se realizó principalmente a través de billetes, que pasaron de los 926 millones de euros en diciembre de 2009 (154.073 millones de pesetas) a 909 millones de euros (151.245 millones de pesetas) un año después. Por su parte, el montante en monedas pasó de los 816 millones de euros (135.771 millones de pesetas) a los 813 millones de euros (135.272 millones de pesetas).

En 2009, los españoles canjearon más de 3.660,7 millones de las antiguas pesetas, por las que percibieron 22 millones de euros, lo que supuso un 21,4% menos que en 2008, cuando se canjearon 28 millones de euros, lo que supuso un total de 4.658,8 millones de pesetas.

El Gobierno español fijó en tres meses el periodo de convivencia para ambas monedas, desde el 1 de enero de 2002, cuando comenzó a circular el euro en el bolsillo de los españoles, hasta el 31 de marzo del mismo año, y, desde entonces y hasta el siguiente 30 de junio, estableció un periodo de canje de las monedas y de los billetes en pesetas en las oficinas bancarias. A partir del 1 de julio de ese año, los españoles tienen que acudir al Banco de España si aún conservan la antigua divisa nacional.

El banco emisor estima que el 45% de las monedas en pesetas que estaban en circulación antes de la entrada del euro nunca serán estregadas al Banco de España para su canje porque permanecerán en manos de los españoles como pieza de coleccionismo, o bien por deterioro, pérdida o salida del país en los bolsillos de los turistas.