vitoria. Las cooperativas vascas han abierto un frente judicial por su exclusión de los órganos de dirección de Lanbide. El objetivo es que la justicia se pronuncie en torno a su histórica demanda de participación en los foros de diálogo social al mismo nivel que la patronal Confebask que, a su juicio, no representa a todos los empresarios e intenta bloquear los intentos de interlocución de la economía social.
De hecho, aunque la decisión última de cerrar la puerta de Lanbide a las cooperativas ha sido del Departamento de Empleo, Euskoop, la confederación de Cooperativas de Euskadi, culpa directamente del supuesto veto a la "fuerte presión que ejerce" la patronal vasca.
"No entendemos que el Gobierno Vasco haya aceptado el monopolio de Confebask", aseguró ayer en Bilbao el presidente de Euskoop, Patxi Ormazabal, a la hora de explicar los motivos por los que han presentado un recurso contencioso administrativo contra la normativa reguladora de Lanbide.
Junto a él estuvieron los máximos dirigentes del movimiento cooperativo vasco: el presidente y el director de la Federación de Cooperativas de Trabajo Asociado, Enseñanza y Crédito, Juan María Concha y Agustín Mendiola; el presidente de la Federación de Cooperativas de Consumo, José Miguel Mera, y el de la Federación de Cooperativas de Transportistas, Gonzalo Saez de Ibarra. El recurso también cuenta con el apoyo de las cooperativas agroalimentarias, cuyo presidente, Alfredo Montoya, no pudo estar presente.
el aval de las cifras Las cooperativas consideran que deben ocupar dos de las cinco sillas que tienen los empresarios en Lanbide. Incluso llegaron a enviar los nombres de sus candidatos antes de la definición de los estatutos del Servicio Vasco de Empleo. Lo hicieron conscientes de las dificultades que entrañaba su inclusión casi como un alegato ante su previsible exclusión.
Según indicaron ayer las cifras avalan sus aspiraciones. Las cooperativas representan en torno al 10% de la economía vasca en cuestiones como la inversión, el empleo industrial, la inversión en I+D o las exportaciones. Mientras que Confebask no aglutina las empresas que realizan el 90% restante, indicó Juan María Concha. Existe un conflicto de representatividad que desequilibra el diálogo social en general y Lanbide en particular, un foro llamado a diseñar los itinerarios de formación de los trabajadores de la CAV.
Se trata de un tema capital en la salida de la crisis, que tiene un enfoque diferente en las cooperativas, alejado, aseguran desde Euskoop, de la realidad de las empresas que representa Confebask. Por ello, tras llamar en varias ocasiones a la puerta del Gobierno Vasco y encontrar la negativa como respuesta, apelan ahora a la justicia. Si el recurso es admitido a trámite se abrirá un complejo proceso que pondrá en evidencia el modelo escogido por el Gabinete de Patxi López para el largamente demandado Servicio vasco de Empleo.
El presidente de Euskoop aseguró que el Gobierno Vasco ha dado "un duro golpe institucional" al movimiento cooperativo al "excluirlo" de este órgano. "Se olvida deliberadamente de la realidad del tejido empresarial de Euskadi", dijo Ormazabal. En este sentido, recordaron que el movimiento cooperativo aglutina a 1.450 empresas de trabajo asociado que desarrollan su actividad en todos los sectores productivos. También echan de menos un reconocimiento a su papel durante la crisis, ya que entre los años 2009 y 2010, "en lo peor de la crisis", las cooperativas vascas generaron 300 empresas y que las anteriormente existentes crearon 1.500 puestos de trabajo.
El Departamento de Empleo salió al paso con un comunicado en el que expresó su confianza respecto a que el recurso de Euskoop permita "clarificar de una vez por todas cuál debe ser la representatividad institucional" de las cooperativas. Sin exponer los motivos de la exclusión de Lanbide, la consejería de Gemma Zabaleta recordó que la polémica se remonta "muchos años atrás". La única novedad es que Euskoop ha recurrido a la Justicia, afirmó.