París. El G20 comenzó ayer en París con diferencias sobre la solución a los desequilibrios globales, ya que mientras las grandes economías propugnan más coordinación a través de herramientas de medición precisas, los países emergentes se oponen a las reglas mundiales sobre flujo de capitales. Entre los escollos para los acuerdos destacan la presión sobre los países emergentes, con China a la cabeza, para que revalúen sus monedas y terminen de acumular divisas; y los indicadores comparables para iniciar una política coordinada de la economía mundial. Foto: EFE