vitoria. La reforma de las pensiones y la ampliación de la edad de jubilación y de la exigencia de años cotizados para acceder a cobrar el 100% de la pensión pone de especial relieve el futuro que espera a los jóvenes dentro de 40 años, cuando tengan que enfrentarse al acceso a la jubilación. Los datos que dejaba ayer la EPA son especialmente significativos en este contexto.

Según esta encuesta, en el Estado hay 840.000 menores de 25 años que está en paro. Entre los 20 y los 24 años, jóvenes que en su mayoría se acaban de incorporar al mercado laboral, se sitúa uno de los grupos que más ha sufrido el incremento del desempleo, con 25.000 jóvenes más apuntados a las listas del paro en 2010. Al mismo tiempo que sube el desempleo, baja la ocupación. Los menores de 25 años concentran los peores datos al respecto, con un descenso de un 23,3% entre los jóvenes hasta 19 años y un 10%, entre 19 y 24 años respecto a 2009.

El paro juvenil es ya una lacra endémica del mercado laboral español. Dos voces muy relevantes del panorama internacional lo han puesto de manifiesto en las últimas fechas: la canciller alemana, Angela Merkel, que llegó a sugerir la posibilidad de contrataciones de jóvenes españoles por parte de Alemania, necesitada de mano de obra; y la del presidente del Foro Económico Mundial, que en la reunión de Davos que se celebra estos días ha advertido de que "puede haber otro mayo del 68" porque en países como España "el paro juvenil es insostenible". Y es que el índice de paro entre los más jóvenes en España supera el 40%, el más alto de la UE, frente a socios como Alemania y Holanda, donde el paro afecta a menos de un 9% de los menores de 25 años.

A la tradicional dificultad de acceso al mercado laboral, cabe esperar que la prolongación de la edad de jubilación agudice aún más la lentitud en el relevo generacional en los puestos de trabajo, lo que prevé un aumento de los problemas para conseguir los 37 años cotizados que se exigirán para jubilarse con el 100% de la pensión a los 67 años; ni hablar ya de cotizar 38 años y medio para jubilarse a los 65. El Gobierno ha querido tener en cuenta a los jóvenes que dan sus primeros pasos laborales a través de becas, periodos de trabajo que no computan como cotizados. En la nueva reforma, se prevé que este tiempo compute a los efectos de cotización a la Seguridad Social como trabajado hasta un máximo de dos años.