Vitoria. Saber si Euskadi se echó ayer a la calle o no continúa siendo una cuestión que depende del prisma con el que se mire. Porque una vez más, y ya van cuatro huelgas generales en los últimos dos años en la CAV, el resultado de la jornada de protesta de ayer contra la reforma de las pensiones que convocaron las centrales nacionalistas volvió a ofrecer las mismas divergencias de siempre. Fue casi un calco del último paro celebrado en Euskadi el pasado 29 de junio, donde el impacto de la huelga tuvo una lectura desigual. Ayer, como estaba previsto, volvió a cumplirse el mismo guión. A juicio de la parte convocante -ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e Hiru- "fue un éxito de participación, con localidades paradas en Álava como Agurain". Según el parecer de las patronales, en cambio, el paro fue "un absoluto fracaso", mientras que la opinión del Gobierno Vasco se ciñó exclusivamente ayer a la lectura de los datos oficiales. No hubo valoración más allá de un escueto "hay que sumar esfuerzos para salir de la crisis a través del diálogo". Así afrontó Euskadi la undécima huelga general de la democracia.

crítica a la ertzaintza La jornada se saldó con diversos incidentes protagonizados por piquetes que provocaron la detención de cuatro personas y la imputación de otras veinte por desobediencia y desórdenes públicos. ESK denunció en este sentido la reacción "desmedida" de la Ertzaintza, que "arremetió" contra los manifestantes, incluidos mayores y niños, que participaban "tranquilamente" en una marcha en Vitoria. Por este motivo, la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, pidió la dimisión del consejero de Interior, Rodolfo Ares, al que hoy pedirá EB una comparecencia en el Parlamento para explicar las actuaciones de la Ertzaintza.

Los impulsores de la huelga precisaron ayer que más de 300 empresas industriales de más de 50 trabajadores pararon su actividad, es decir, el 61%, mientras que "numerosísimas" pymes también realizaron un paro total. La incidencia fue especialmente significativa en Gipuzkoa, con más del 70% de lasplantillas de CAF, Arcelormittal en huelga. En Álava, en cambio, más allá de algún incidente a la entrada del turno de la mañana en las factorías de Mercedes y Michelin, el paro fue menor, no superando en ninguno de estos dos casos el 30% de la plantilla.

Según los datos recogidos por las centrales abertzales, en el sector del transporte funcionaron los servicios mínimos, con un paro mayoritario en EuskoTren, los tranvías y el metro de Bilbao. "Amplio seguimiento" hubo, por su parte, en los centros de enseñanza pública e ikastolas, donde el paro fue del 65% en el primero y casi del 100% en el segundo. Los centros concertados tuvieron un "importante seguimiento, aunque desigual por comarcas", según las centrales nacionalistas. En cuanto al sector de la Construcción, la huelga afectó a las obras "importantes, con un gran impacto en Gipuzkoa, y desigual, pero significativo en Bizkaia, Álava y Navarra".

Como no podía ser de otra forma, el análisis de Confebask fue otro bien diferente. En opinión de la patronal vasca la jornada de ayer no hizo sino constatar un "nuevo fracaso", ya que tuvo un "eco prácticamente nulo" en Álava, "mínimo" en Bizkaia y "muy desigual" en Gipuzkoa. Según manifestó a través de una nota, la mayor parte de la ciudadanía acudió ayer, "como siempre", a su trabajo y el comercio, el transporte y los servicios funcionaron "con normalidad" en prácticamente toda Euskadi.

En Vitoria, la mayor parte del comercio permaneció abierto y, más allá de incidentes matutinos en Júndiz y la avenida del Cantábrico y la carga de la Ertzaintza en la manifestación del mediodía, la normalidad fue la tónica.

Lakua cifró en un 21,5% el paro en la Administración pública, mientras que en la empresa privada fue del 13% en Álava, del 16% en Bizkaia y de casi el 30% en Gipuzkoa. El consumo eléctrico, uno de los termómetros más fiables que para medir la actividad industrial, disminuía hasta el mediodía un 17% respecto al día anterior. A juicio de la viceconsejera de Trabajo, Sonia Pérez, la mayor incidencia se produjo en la Industria, concretamente en el sector del metal donde pararon el 15% de los trabajadores. En la educación pública la incidencia alcanzó el 22%, mientras que en la privada alcanzó la mitad (12%). Por su parte, en Osakidetza el seguimiento fue más evidente en Gipuzkoa, con un paro de casi el 10%, mientras que en Bizkaia y Álava lo hicieron el 6,34% y el 5,82%. Respecto a Eusko Trenbideak la incidencia fue entre el 30% y el 40%, mientras que en Metro Bilbao alcanzó casi el 14% y en EiTB, el 35%.