Vitoria. "Firmar esta reforma es pasar a la historia como el gran traidor de los trabajadores que estamos siendo machacados en esta crisis". Las palabras de la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, al término de la manifestación que al mediodía recorrió el centro de Bilbao, resumen el discurso con el que la mayoría sindical vasca llenó de contenido la jornada de huelga contra la reforma de las pensiones. Porque el mensaje de los convocantes -ELA, LAB, STEE-EILAS, EHNE e Hiru-, tenía un doble destinatario: el sindical, dirigido a CCOO y UGT -que ayer ultimaban el acuerdo en torno a las jubilaciones con la patronal y el Gobierno-, y el político, con el PNV como principal interpelado, como uno de los grupos que se abstuvo respecto a las recomendaciones del Pacto de Toledo.

Así, en su intervención, el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, exigió a los partidos vascos "el no radical" a la reforma del sistema de pensiones para que los derechos de los trabajadores "no se pongan a los pies de los caballos", tras la reforma laboral que fue aprobada gracias a "la abstención del PNV" y en la que presentaron "las enmiendas de Confebask" y "ninguna de la mayoría sindical vasca". Asimismo, censuró "el teatro organizado en Madrid" en las conversaciones con los sindicatos y, en este sentido, criticó a CCOO y UGT, ya que en "ningún país" de Europa, "el movimiento sindical está dando cobertura a esto". "En las luchas se pueda ganar o perder, pero no se puede dar cobertura al mayor ataque, desde el inicio de la Transición, contra los derechos sociales, como han hecho CCOO y UGT", añadió.

De este modo, aseguró que la reforma de pensiones "sólo tiene un objetivo: abrir el negocio a los fondos de pensiones que maneja la banca". Muñoz destacó el trato que obtiene del Gobierno a "las empresas del petróleo", las eléctricas o las cajas, que serán "saneadas" con dinero público para posteriormente "privatizarlas" dándolas "gratis" a la banca.

Por su parte, Ainhoa Etxaide sostuvo que la reforma del sistema de pensiones que aprobará el Gobierno central no supone "ninguna sorpresa" y conllevará que "menos personas" tengan derecho a percibir una pensión y que éstas sean "más bajas", porque es la única forma de "impulsar definitivamente" los planes privados de pensiones". La secretaria general de LAB advirtió al PNV de que, si apoya la reforma de las pensiones, "lo hará en contra de lo que hoy [por ayer] la sociedad vasca le ha dicho" y censuró a CCOO y UGT que "es muy grave sentarse con un gobierno que ha dicho que va a sacar esta reforma sí o sí". "Hasta el sindicalismo de moqueta tiene un límite", concluyó.