MADRID. La formación de los desempleados en España está "obsoleta" porque no tiene en cuenta las necesidades de las empresas, sólo llega al 14% de los parados y el dinero que se destina a ella es la mitad de lo que se gasta de media en la Unión Europea, según un estudio de la Fundación Élogos presentado hoy.
En rueda de prensa, el coordinador del estudio José López Cossío destacó que, según el último ejercicio cerrado, el de 2009, de los 3,7 millones de parados que había, sólo recibieron formación el 14% de los desempleados -cifra que se reduce al 6% si se excluyen las escuelas taller-.
En su opinión, este volumen de cobertura es "bajo" y "escaso" si se tiene en cuenta que en la actualidad hay 4,1 millones de parados, por lo que el experto consideró que esa cifra debería elevarse, al menos, al 20%.
En cuanto al dinero que se destina a formación en España (918 millones de euros este año, el 23,1% del total del gasto en políticas activas de empleo), Cossío cree también que debería elevarse al 43%, en consonancia con la media europea.
Respecto a los cursos que se ofrecen a los desempleados, indicó que están obsoletos porque se basan en el catálogo de especialidades tradicionales de hace 30 años, que está "cerrado" y no tiene en cuenta las necesidades de las empresas y, por lo tanto, no aprovecha las ofertas coyunturales que éstas puedan hacer.
Así, resaltó, tres familias profesionales -de las 26 que existen- concentran el 50% de la oferta en formación: gestión y administración el 23%, informática el 18% y transportes y mantenimiento el 9%.
Esto supone que se forman fundamentalmente los jóvenes, así como los que más cualificación tienen, mientras que los mayores de 55 años no acceden a la formación, así como 1,4 millones de personas sin competencias básicas (carecen de compresión oral y escrita).
Al respecto, Cossío aseguró que el estudio propone cambiar este "mecanismo perverso" de ofrecer "café para todos" por una segmentación de los desemplados en grupos, lo que permite ofrecerles formación adecuada y no general y aumentar las posibilidades de colocación.
Otras propuestas son que, tanto en el ámbito estatal como en el autonóico, sólo haya un organismo que controle la eficacia de la formación profesional de los parados y que se habilite un mecanismo de evaluación de las competencias adquiridas por los alumnos.
Atender más a los que carecen de competencias básicas y a los parados de larga duración de más de 55 años, así como incrementar la participación de las empresas en la elaboración de los cursos, son otros de los planteamentos que hace la Fundación Élogos.