Bilbao. La factura de la luz de más de veinte millones de familias subirá en enero un 9,8% a partir del próximo 1 de enero tras la aprobación ayer por parte del Gobierno español de las nuevas tarifas, en lo que supone el mayor incremento desde 1983. El porcentaje, señalado en la última subasta de energía del año, sonaba desde el pasado día 14 y ha terminado por materializarse. El encarecimiento medio superará los 50 euros, pero en un hogar con una potencia instalada de 5,5 kilovatios -requisito básico para las casas con calefacción eléctrica- la factura se encarecerá en más de cien euros. El precio de la luz crecerá cinco veces más que el IPC en un contexto marcado por los efectos de la crisis.

Aunque en valores absolutos la cantidad media, cuatro euros al mes, no parece desorbitada, el nuevo repunte refuerza la tendencia alcista en la que se encuentra sumido el suministro de la luz. Desde mediados de 2007, se ha encarecido la factura en más de 200 euros anuales poniendo de manifiesto que la liberalización del sector desde 2009 no ha propiciado una rebaja real de los precios. Según la Comisión Nacional de la Energía, un consumidor que cambia de operador eléctrico logra un ahorro mínimo de 16 euros al año, algo más de un euro al mes.

Además, todo apunta a que habrá nuevas subidas a lo largo del próximo año. De hecho, el Ejecutivo español aprobó la semana pasada una reforma limitada del sistema eléctrico para ahorrarse 4.600 millones de euros en el sector los próximos tres años. Eso le permitirá, según sus cálculos, contener el déficit de tarifa y suavizar los futuros incrementos del recibo de la luz.

Con un déficit de tarifa -el desequilibrio entre lo que cuesta producir la energía y el precio de venta de la luz en el mercado regulado- cercano a los 20.000 millones de euros, el sector eléctrico exige a Zapatero el diseño de un calendario de subidas acompasado con una reordenación global del sistema partiendo de la modificación del cálculo de la tarifa.

Algunas voces del sector vaticinan que el recibo de la luz subirá cada trimestre del próximo año de forma más moderada que el 9,8% aplicado a partir de enero. Con la calculadora en la mano, consideran que si Zapatero hubiera iniciado el proceso de recorte del déficit de tarifa en 2004 el encarecimiento podría haber sido más gradual. Se perdieron los primeros años del retorno de los socialistas a La Moncloa y no habido otro remedio que acelerar las subidas en su segunda legislatura, cuando supone tensión añadida a unas economías familiares muy erosionadas por la crisis.

Y el gas sube un 3,9% La subida de la luz se perfiló ayer en la reunión de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, que también fijó los nuevos precios del gas con un incremento medio del 3,9%. La subida del gas afectará en menor medida al bolsillo de los ciudadanos, unos veinte euros anuales de media, pero todo suma en medio de los estragos de la recesión. Al término de la reunión interministerial, el secretario de Estado de Energía, Pedro Marín, recordó que los consumidores acogidos al bono social no experimentarán ningún incremento en su tarifa hasta 2013. Al bono social se acogen los consumidores con potencias inferiores a 3 kilovatios, las familias numerosas, los hogares con todos sus miembros en el paro y las pensiones mínimas.

En total, hay cinco millones de potenciales usuarios del bono social y, para que todos ellos conozcan esta prestación, el Gobierno de Zapatero emprenderá una campaña informativa durante 2011, según explicó el secretario de Estado de Energía. Facua-Consumidores en acción afirmó que "no hay justificación" para la subida de la luz y reprochó al Ejecutivo español que sólo piense en los intereses empresariales de las grandes corporaciones energéticas y "mire hacia otro lado" cuando los consumidores plantean que "ya está bien de ceder tanto".