El nuevo presidente de la CEOE, Joan Rosell Lastortras (53 años), es un liberal económico clásico con gran vocación por llegar a pactos y acuerdos tal y como ha demostrado durante su presidencia en la patronal catalana Fomento del Trabajo.
De joven era un seguidor de los padres del liberalismo y de Friedrich August von Hayek, el economista austríaco que dedicó su vida a desmontar las tesis de Keynes, más intervencionista en lo económico.
Llegó a formar parte de The Mont Pelerin Society, la sociedad multidisciplinar que se reunía en la pequeña localidad de Mont Pelerin, cerca de la ciudad de Montreux, Suiza, y que seguramente ha sido uno de los grupos de pensamiento más influyentes del liberalismo. Rosell pasó de pequeño empresario, gestiona la empresa juguetera Congost, a ser uno de los miembros más relevantes de la denominada sociedad civil catalana, con puestos en el consejo de Criteria, el holding de participadas de La Caixa, y una de las personas cercanas al presidente de esta caja de ahorros, Isidre Fainé. Precisamente es el sector financiero, junto con el turístico, unos de sus principales valedores para asumir la presidencia de la CEOE, según fuentes empresariales.
Su habilidad para el pacto y el acuerdo ya se mostró en la campaña para la CEOE, basada muy poco en la confrontación y a la que deliberadamente dio un perfil bajo, mientras que buscaba acuerdos con asociaciones como CEIM, la patronal madrileña.
Históricamente Rosell mantuvo muy buenas relaciones con los poderes económicos de Madrid y así ocupó la presidencia de Fecsa-Enher cuando esta compañía era la filial catalana de Endesa. En 2007 publicó un primer libro, titulado ¿Y después del petróleo, qué?, en el que se definía como un experto en el sector energético preocupado por las garantías de suministro.
Llegó a la presidencia de Fomento del Trabajo por casualidad, en 1995, cuando murió Antoni Algueró, que ocupaba el cargo y él fue escogido como sucesor.
Si bien formalmente tuvo posturas duras respecto a la reforma laboral o la modificación del marco de pensiones, en la práctica Fomento del Trabajo estuvo por los pactos y los acuerdos. Como resultado, en Cataluña ha tenido un nivel de confrontación social por debajo del que ha existido en el resto de España.
intento de fusión Su pasión por llegar a acuerdos se reflejó en su trabajo en Fomento, como cuando intentó fusionar Fepyme con Pimec, una operación que buscaba crear la gran patronal de pymes catalana y que fracasó, o cuando intentó llegar a un pacto con Joaquim Boixareu para no tener que celebrar elecciones en Fomento, unos comicios que Rosell ganó por amplia mayoría.
Su presidencia en Fomento no estuvo exenta de roces con la CEOE, que llegaron a su máxima expresión en 2006 cuando estalló la tensión entre la patronal catalana y la española tras unas declaraciones del entonces presidente José María Cuevas en las que apoyaba a Endesa en su batalla contra la oferta de compra lanzada por Gas Natural y que decían que la gasista había lanzado "una opa a la catalana".
En 2006 Joan Rosell, que conocía la patronal española desde su cargo de vicepresidente, optó por no presentar su candidatura para suceder a José María Cuevas al frente de la CEOE después de haber elaborado un programa para reformar la organización empresarial.
Rosell siempre ha abogado por un programa de modernización de la CEOE, basado en desvincular la organización empresarial de los partidos políticos, dotarla de más independencia, reducir procedimientos burocráticos y aplicar las normas de buen gobierno de las compañías cotizadas en bolsa.