vitoria. "Para hacer lo que hacemos ahora, nos quedamos como estamos, porque lo hacemos bien solos". Con estas palabras rechazó el presidente de Kutxa, Xabier Iturbe, hace tan sólo una semana entrar en la operación de fusión fría que sus vecinas BBK y Caja Vital han estado tanteando en los últimos tiempos. La posible integración de estas dos cajas bajo el paraguas del Sistema Institucional de Protección (SIP) ha cosechado en el ámbito político una inusitada reacción hasta ahora en este tipo de operaciones: de aliento entre las filas socialistas y de puerta abierta aunque sea con algún condicionante en los populares, con la habitual apuesta por una fusión caliente a tres -como la denominó el diputado general alavés, Xabier Agirre- de los jeltzales.

Pero ayer Iturbe, apenas una semana después de zanjar la eventual entrada de Kutxa en una operación de este tipo, dio un paso atrás y a través de un comunicado de la entidad guipuzcoana manifestó su disposición a "iniciar los contactos necesarios" para "avanzar hacia la fusión de las cajas vascas" ante el "positivo cambio de actitud" de "los agentes y grupos políticos" implicados. El Consejo de Administración de Kutxa analizó ayer la situación "ante las noticias e hipótesis que se están difundiendo estos días acerca de un supuesto inicio de contactos" entre las cajas vascas para estudiar su fusión.

De este modo, Kutxa responde no sólo al caldo de cultivo que parece haberse instalado en la clase política vasca más resistente en otros tiempos para impulsar la fusión, sino también al emplazamiento explícito que le hizo el Gobierno Vasco para sumarse a estos contactos, todo ello en un ambiente general de reordenación del sector financiero y, especialmente, de las cajas que hace que las eventuales suspicacias que estos movimientos pudieran haber ocasionado en instancias políticas estatales en otro momento se hayan desvanecido o, al menos, atemperado.

condiciones y necesidades No obstante, el ámbito político no ha dejado el campo abierto: los socialistas ya han advertido de que una fusión a tres como siempre ha defendido el PNV "ha sido ampliamente superada por los acontecimientos". Por su parte, los populares alaveses exigen que la hipotética SIP que surgiera respetara la identidad de Caja Vital y, muy especialmente, su Obra Social, una exigencia que topa con el incontestable argumento del tamaño, puesto que BBK es, tras la integración de Cajasur, ocho veces mayor que Caja Vital. La preocupación es mayor en el grupo juntero de la izquierda abertzale histórica en las Juntas de Álava, que ayer denunciaba que la posible fusión fría entre la BBK y Caja Vital, "reducirá a esta última a ser una franquicia que gestionaría una Obra Social que podría verse notablemente disminuida en la medida que entrase capital privado en el nuevo banco", que, según la izquierda abertzale, se formaría como consecuencia de la fusión.

En ese marco de reordenación del sector financiero y aunque la situación económica de Caja Vital sea saneada, la posición de la entidad alavesa quedaría muy mermada en el mercado en términos de volumen de activos, sólo por delante de Caixa Ontiyent y Conlonya Caixa Pollença. Una situación que ha animado a pisar el acelerador para explorar posibles acuerdos con BBK que ambas entidades confirmaron la semana pasada, aunque las dos los enmarcaran en contactos más amplios con otras cajas.

Así las cosas, el Consejo de Kutxa califica de "positivo" el cambio de actitud de algunos partidos respecto a este proyecto, que se frustró en 2008 por la negativa de la Asamblea de la Kutxa, y achacó la nueva situación a "los efectos y la duración de las crisis económica y financiera".

La caja guipuzcoana aclaró que "siempre" ha tenido "como referente deseable" la unión de las cajas vascas "bajo los parámetros de una entidad financiera comprometida con el territorio y su desarrollo económico y social y con una vocación y modelo de alta solvencia, liquidez y beneficios recurrentes que garantice la continuidad de su obra social". Asimismo, añadió que "confía en que el citado cambio pueda suponer una oportunidad para avanzar hacia la fusión de las cajas vascas", por lo que mostró su "disposición a iniciar los contactos necesarios".