Bruselas. Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea alcanzaron ayer un acuerdo político sobre la modificación que hay que introducir en el Tratado de Lisboa para crear un fondo de rescate permanente en la eurozona para después de 2013, que se aplicará cuando la ayuda sea "indispensable". El fondo permanente sustituirá al mecanismo temporal de 750.000 millones de euros que se creó en mayo para asistir a los países con problemas para refinanciar su deuda.

"Este mecanismo anticrisis es una gran prueba de solidaridad que va en la dirección de un euro estable y en una Europa estable", aseguró la canciller alemana, Angela Merkel poco antes de la cumbre. "Cada país tiene que demostrar solidaridad y debe asumir sus responsabilidades", añadió Merkel.

El cambio consiste en introducir una frase en el artículo 136 del Tratado, que versa sobre la eurozona, en la que se dice que "los Estados miembros cuya moneda es el euro pueden crear un mecanismo de estabilidad para salvaguardar la estabilidad de la eurozona en su conjunto. La concesión de ayuda financiera del mecanismo estará sujeta a condiciones estrictas".

Finalmente no se ha introducido en el texto del Tratado una referencia a que este mecanismo se utilizará sólo "como último recurso", tal y como pedía en principio Alemania.

los detalles, en marzo Los líderes europeos encargarán ahora a los ministros de Economía de la UE que definan antes de marzo todos los detalles del mecanismo permanente, como su dotación o las condiciones de uso. Y en el Consejo Europeo de marzo procederán a su adopción, tras recibir la opinión de la Comisión, el Banco Central Europeo y la Eurocámara.

Todos los Estados miembros deberán ratificar los cambios en el Tratado antes de finales de 2012 y, como se interpreta que el mecanismo no supone una cesión de poderes a la UE, se espera que ni siquiera Irlanda deba convocar un referéndum. La modificación entraría en vigor en enero de 2013 y el mecanismo permanente funcionará desde junio, cuando expire el actual, que está dotado con 750.000 millones.

La principal novedad del fondo permanente es que contemplará la participación, "caso por caso" y "como último recurso", de los bancos privados cuando haya que asistir financieramente a algún país de la eurozona. Es decir, se abre la puerta a que se apliquen descuentos a los bonos de deuda pública si el Estado no puede pagar.

El acuerdo suaviza las pretensiones iniciales de Alemania, que exigía la participación del sector privado en todos los rescates, lo que según ha denunciado España agravó la crisis de deuda de la eurozona en noviembre y precipitó el rescate de 85.000 millones para Irlanda.

Además de aprobar el cambio de Tratado, los líderes europeos discutieron divididos otras soluciones definitivas a la crisis de deuda que vive la eurozona. La mayoría de los jefes de Estado y de Gobierno señalaron que la emisión de eurobonos no es una solución para la crisis actual, aunque varios se mostraron dispuestos a estudiar esta iniciativa para el futuro.

Merkel y el presidente francés, Nicolás Sarkozy, han liderado el rechazo a los eurobonos alegando que exigirían una modificación más profunda del Tratado y fomentarían la indisciplina fiscal. A ellos se ha sumado el primer ministro holandés, Mark Rutte, que señaló que este instrumento encarecería la financiación para los países con menor déficit.

El más entusiasta a favor de los eurobonos fue el primer ministro portugués, José Sócrates, pero incluso él admitió que no se trata de una solución a corto plazo.

El presidente Zapatero consideró que la emisión de eurobonos es una idea "interesante" que permitiría reforzar el gobierno económico de la UE y "compartir riesgos". Pero cree que "para esta crisis no es una solución realista" porque sólo podría aplicarse a medio o largo plazo.