fráncfort. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, afirmó ayer que las reformas propuestas por la UE para reforzar la disciplina presupuestaria "no han ido lo suficientemente lejos", especialmente en lo que se refiere a las sanciones automáticas.

Los líderes de los veintisiete países de la Unión Europea acordaron llevar a cabo un cambio "limitado" del Tratado de Lisboa que permita crear un fondo de rescate permanente para los países de la Eurozona cuya situación económica lo requiera, y evitar así que se repita una crisis de solvencia como la que afectó a Grecia.

Sin embargo, los países fueron mucho menos contundentes a la hora de responder a la exigencia alemana de que la revisión del Tratado incluya también la posibilidad de privar de su derecho de voto al estado cuya política presupuestaria ponga en verdadero peligro a la eurozona.

Asimismo, Trichet recordó que el BCE ya expresó en 2005 su "gran preocupación" por las modificaciones adoptadas en la aplicación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, algo con lo que muchos gobiernos han coincidido actualmente.