PARÍS. Las manifestaciones convocadas por sindicatos franceses contra la reforma del sistema de pensiones reunieron hasta primera hora de la tarde de hoy a más de medio millón de personas, según datos comunicados por las autoridades galas.

Conforme a los datos policiales, 557.000 personas han participado en las diferentes marchas convocadas en varias ciudades del país, un número algo inferior al que se registraba a la misma hora el pasado 24 de junio en la primera manifestación contra la importante reforma impulsada por el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Los sindicatos aseguraron entonces que dos millones de personas salieron a las calles y, por el momento, no han ofrecido datos totales y definitivos de la participación en las marchas de hoy.

La manifestación de París fue la más seguida, con 80.000 participantes, según la policía, y con la presencia de los principales líderes sindicales y representantes de partidos políticos de izquierdas.

Con la jornada de huelga general, los sindicatos quieren que el Ejecutivo no inicie su reforma de las pensiones, que prevé retrasar la edad mínima de jubilación hasta los 62 años, frente a los 60 actuales.

El proyecto comenzó a ser debatido hoy entre los diputados, defendido por el ministro francés de Trabajo, Eric Woerth, debilitado por su presunta implicación en el caso de tráfico de influencias entorno a la heredera del imperio cosmético L'Oréal.

Mientras los diputados comenzaban el análisis de la propuesta gubernamntal, que cuenta con la oposición de los partidos de izquierda, en la plaza de la República comenzaba la marcha parisiense en un ambiente festivo.

"Es la mayor movilización de los últimos años", aseguraba el líder del sindicato CFDT, François Chérèque, mientras que su colega de la CGT, Bernard Thibault, no dudaba en declarar que "la movilización es superior a la del pasado 24 de junio".

"Ese era nuestro objetivo y el Gobierno no podrá obviar lo que está pasando", agregó.

Entre los manifestantes se multiplicaron los lemas en contra de un Sarkozy que consideran que ha engañado al país con esta propuesta.

"Hay otras soluciones que retrasar la jubilación", afirmó a Efe Helene, una militante de la CGT que sujetaba una pancarta de su sindicato crítica con la reforma.

Enfermera y responsable de la sección de salud del sindicato Sud, Christine Fararik aseguró que "no es posible" retrasar la edad de jubilacin.

"Hacemos noches, vamos a trabajar los fines de semana... Ya a los 55 años estamos cansadas y no podemos más. Para nosotros es inaceptable", comentó.

François se ha convertido en un hombre-anuncio y en sus carteles pueden leerse las pensiones que cobran algunos de los más ricos empresarios franceses.

"¿Acaso no sería mejor repartirse parte de sus pensiones antes que obligar a todo el mundo a trabajar más años?", se preguntó este veterano sindicalista.

Bertrand, metalúrgico de origen español, cree que el debate de la reforma de las pensiones afecta a todo el mundo. "En España pasa lo mismo que aquí, nos quieren matar a trabajar, ir hasta los 65 años, los 67 y luego hasta los 70. Y eso no puede ser", señaló.

Bajo una bandera española estaba Christophe, un militante de FO "amante de España" que blandía la enseña española para mostrar que el debate no afecta sólo a Francia y "para apoyar a nuestros camaradas españoles en su huelga general".

"Todos los ciudadanos españoles deben plantearse esta lucha contra esta nueva dictadura. Ahora los fachas no son militares, visten traje y corbata y trabajan en las agencias de notación", agregó.

Christophe llegó acompañado de Carmela, una gallega a quien la huelga general le encontró de visita en París y que no dudó en sumarse a la marcha.