TOKIO. La economía de Japón sufrió un fuerte parón en el trimestre abril-junio, cuando creció apenas un 0,4 por ciento y se vio superada por China, cada vez más cerca de arrebatarle el título de segunda potencia económica mundial.
Según los datos dados a conocer hoy por el Gobierno nipón, la economía nipona creció en ese período un 0,4 por ciento a ritmo anual y un 0,1 por ciento con respecto al trimestre precedente, lo que supone un avance mucho más moderado al del trimestre enero-marzo (4,4 y un 1,1 por ciento, respectivamente).
Ese débil crecimiento de Japón en el período abril-junio, muy por debajo de las expectativas, estuvo motivado por menores avances de las exportaciones y del consumo interno, mientras China mantiene su rápido ascenso para convertirse en la segunda potencia económica tras EEUU.
El Ejecutivo nipón reconoció que el valor del PIB nipón en el trimestre reportado fue en términos nominales (sin tener en cuenta la variación de los precios) de 1,288 billones de dólares frente a los 1,33 billones de dólares de China.
La economía china, que creció en ese período un 10,3 por ciento y espera cerrar 2010 con un incremento superior al 9 por ciento, ya se quedó el año pasado muy cerca de los 5,07 billones de dólares del PIB nipón, al alcanzar los 4,98 billones de dólares.
Muchos esperan que China adelante en el año corriente 2010 a su vecino nipón, que se debate entre medidas de estímulo económico, una monumental deuda pública equivalente al 200 por ciento del PIB y una previsión de crecimiento inferior al 3 por ciento para este año.
Japón, que salió de la recesión hace justo un año, registró además un crecimiento más moderado que la economía estadounidense, que en abril-junio avanzó un 2,4 por ciento a ritmo anual, y que la alemana, que se expandió un 2,2 por ciento respecto al primer trimestre del año.
Japón ha perdido empuje debido a que el consumo privado, responsable del 60 por ciento del PIB, apenas creció en abril-junio, mientras los gastos de capital, que miden las inversiones empresariales, avanzaron sólo un 0,5 por ciento, el peor resultado en tres trimestres.
Para el resto del año, Japón tendrá que enfrentarse a la persistente fortaleza del yen, cercano a su máximo en quince años y que perjudica a la recuperación de la potente industria exportadora nipona.
Además, el crecimiento económico nipón tendrá que hacer frente al fin de los incentivos gubernamentales para la compra de productos ecológicos -desde automóviles a electrodomésticos- entre septiembre y diciembre, que podrían lastrar también los datos de consumo interno.
Japón también lucha contra la persistente deflación, que atenaza el crecimiento y lo hace depender en gran parte de la demanda externa, liderada por China, el principal socio comercial de la economía del archipélago.
Japón es la segunda economía mundial desde hace cuatro décadas, a lo que ayudó en los años 80 el llamado "milagro económico" nipón que disparó su poder industrial y exportador, entonces uno de los mayores temores para las multinacionales estadounidenses.
Los analistas no esperan un resurgimiento nipón a medio plazo, ya que el Gobierno del primer ministro, Naoto Kan, se ha propuesto abordar el recorte de la inmensa deuda pública del país, que pone en riesgo su salud fiscal y no facilita un aumento del gasto público.
Sin embargo, el Ejecutivo no espera la vuelta a la recesión pues la marcha de las economías asiáticas y otros países emergentes, así como la recuperación de las naciones ricas, permiten sostener cierto optimismo.
Los inversores recibieron hoy los datos del PIB con retrocesos en el selectivo Nikkei, que perdió un 0,61 por ciento y cerró cerca de los 9.000 puntos, muy por debajo de los cerca de 38.000 enteros de finales de los años 80, cuando Japón no veía techo a su crecimiento económico.