MIENTRAS el epicentro de la tormenta sociolaboral está focalizado en la polémica reforma laboral, susceptible de empeorar durante su trámite parlamentario, allá en lontananza se vislumbra el ojo del huracán que puede llegar tras el verano, con la polémica reforma de las pensiones.
Aunque desde distintos frentes se subraya que la salud del sistema es buena, también se evidencia la necesidad de un cambio. A partir de 2025 habrá en el Estado español cuatro millones más de pensionistas y más del 15% de ciudadanos y ciudadanas mayores de 65 años. Si nada cambia, el actual 9% del PIB que representan las pensiones llegará al 18% dentro de quince años.
Por el momento, los cimientos son firmes, con un fondo de reserva de 60.000 millones que en teoría, sólo en teoría, aguantarán hasta el año 2033 aunque el número de perceptores también aumentan con feroz progresividad.
Al ser este un colectivo tan importante y tan sensible, el Gobierno de Zapatero debe jugar con mucho tiento so pena de ser arrastrado al suicidio si sucumbe a los cantos de sirena que entona el pensamiento neoliberal, azuzado a su vez por toda una legión de banqueros y organismos internacionales.
Por de pronto el Ejecutivo español, el mismo que ha sacado del Pacto de Toledo la congelación de las pensiones en 2011, pretende escudarse en el citado referente, con presencia de todos los grupos parlamentarios, al que demanda un ajuste, término de nuevo cuño que en román paladino viene a significar un recorte en toda regla.
¿Jubilación cubierta? En el Estado más de 7,8 millones de personas han cotizado religiosamente para tener cubierta su jubilación. De ellas, cerca de 2,5 millones están excluidas de la congelación salarial impuesta para 2011 en el plan de ajuste de Zapatero, ya que reciben prestaciones mínimas. En todo caso, y pese a percibir menos de 1.000 euros al mes, no verán revalorizada su pensión el año que viene.
La prestación media del sistema es de 779,23 euros al mes. El grueso del total de pensionistas, el 31,44% y más de 2,44 millones de personas, percibe entre 500 y 600 euros al mes.
Aunque la revisión de las pensiones siempre ha ido unida a los Presupuestos Generales del Estado, habrá que esperar a las cuentas de 2011 para conocer el alcance definitivo de la medida.
La congelación supone, en principio, un ahorro de 1.500 millones. La proyección de este menor gasto a lo largo de los próximos 20 años economizará entre 30.000 y 40.000 millones de euros. La pensión máxima en 2010 alcanza los 2.466,20 euros mensuales. Sólo el 4,45% de los pensionistas, 346.126 personas, es titular de una de ellas. Por encima de esa cantidad, es decir, el número de trabajadores que han prolongado voluntariamente su vida laboral para percibir una prestación mayor, asciende a 11.336 personas, el 0,15% del sistema. Estos datos corresponden al último informe económico financiero vinculado a los Presupuestos de 2010. Otras cifras más actualizadas elevan el total de trabajadores que retrasaron su jubilación a los 13.000.
El espejo de europa A expensas de que el Pacto de Toledo vuelva a la escena tras el período estival, Europa es el espejo donde mirarse; un Viejo Continente donde sus gobiernos se enfrentan a multitudinarias protestas contra sus planes de reforma del sistema de pensiones y otras medidas de austeridad para recortar el déficit público, unas decisiones que amenazan la reactivación mundial. Esta semana han sido los franceses los que han salido a la calle en contra de la reforma de las pensiones y los italianos en protesta por los recortes de Berlusconi.
En Alemania, han dado pasos que pueden marcar la tendencia europea. El Gobierno griego, por su parte, aprobó el viernes una reforma radical del sistema de pensiones públicas para cumplir los requisitos del plan de rescate económico de la UE y el FMI.