Vitoria. Había cierta tensión en el ambiente después del mensaje del pasado martes en el que el presidente de la patronal alavesa, Juan José Azurmendi, advirtió al Gobierno de que los empresarios alaveses "están animados" a no contratar si persisten las condiciones de la actual reforma laboral. Ayer, en el almuerzo posterior a la Asamblea General de SEA, la expectación ante la posibilidad de un discurso similar por parte de su presidente se diluyó. Azurmendi, que en las últimas horas ha tenido que hacer frente a las críticas del Gobierno, el PSE alavés y los sindicatos, ofreció ayer un mensaje mucho más medido y centrado en la defensa de los intereses empresariales.
En relación al decreto ley de reforma laboral que el Gobierno aprobó el miércoles, el mandatario de la patronal alavesa señaló que "se ha quedado no a la mitad, sino al inicio del camino", además de asegurar que "no ha satisfecho a nadie ni aporta las soluciones que el mercado demanda". A su juicio, la reforma debería contemplar un marco laboral que permita a las empresas adaptarse a las situaciones cambiantes del mercado y les dotara de modelos más flexibles, cuestiones que el decreto ley no contempla de momento. En este sentido, volvió a ensalzar modelos de éxito como el alemán que, según precisó, permiten reducciones temporales de jornada y salario como medida para salvaguardar el empleo "sin necesidad de acudir a procesos costosos, complejos y lentos como los expedientes de regulación de empleo".
Por todo ello, Azurmendi pidió al Gobierno que defienda "una verdadera reforma de alcance y oriente el futuro de las pensiones". En su discurso también se refirió al papel de las diputaciones vascas y el Órgano de Coordinación Tributaria (OCT) -reunidos precisamente ayer para analizar las medidas fiscales para hacer frente a la crisis-, a los que solicitó que "expriman y reinventen el Concierto Económico" y, por extensión, la fiscalidad vasca.
críticas a los sindicatos Al Ejecutivo de Patxi López, por su parte, le conminó a poner en marcha una política industrial "ambiciosa" a medio y largo plazo, y que defina un plan energético que conjugue sostenibilidad y economía. Y aunque sin citar expresamente a las convocatorias de huelga general, Azurmendi acusó a los sindicatos de poner en riesgo potenciales puestos de trabajo además de impedir a "miles de parados el acceso a un trabajo digno al perseguir entelequias y desatender los dictados de la dura realidad". Su siguiente parada fueron las instituciones financieras, a las que pidió que respalden las apuestas empresariales: "La sociedad ha de reconocer el papel del empresariado, porque sin emprendedores no hay empresa y, por lo tanto, el flujo de riqueza desaparecería", recalcó. Y concluyó lanzando un nuevo mensaje a las instituciones: "Los empresarios están ávidos de reformas estructurales valientes" que apuesten por decisiones "de calado y peso" y que si son expuestas de forma "descarnada y transparente" contarán con el entendimiento de la sociedad, señaló Azurmendi.