madrid. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, hubo de emplearse ayer a fondo para mantener abiertos los puentes con CiU, CC y PNV para que estos grupos sean los pilares en los que el Gobierno se apoye para sacar adelante la reforma laboral en el Congreso. Y eso que no lo tuvo fácil, porque unas declaraciones de Leire Pajín equiparando a CiU con la portavocía de la patronal catalana hicieron temblar las alianzas. Tanto es así que el portavoz catalán, Josep Antoni Duran i Lleida, tras estar a la mañana con el ministro, anuló la cita de la tarde con el grupo socialista y no aceptó acudir hasta que el propio Corbacho le pidió disculpas en nombre del Gobierno. Pero diplomacia aparte, el ministro, en ninguno de sus tres encuentros, logró el apoyo incondicional necesario como para garantizar la aprobación de la reforma laboral.

acusación Duran i Lleida, tras estar con el titular de Trabajo, advertía al Gobierno español de que CiU no piensa compartir el "coste político" que pueda derivarse de una reforma laboral que incorpore medidas impopulares. "La responsabilidad del contenido de la reforma laboral compete única y exclusivamente al Gobierno", insistió Duran quien aclaró que su partido sólo decidirá si la apoya justo antes de su votación.

El portavoz de CiU reveló que el Gobierno español ha presionado en privado a su partido para que plantee un endurecimiento de la reforma laboral. En declaraciones a Catalunya Ràdio, Duran explicó que el Ejecutivo "para no quedar mal con los sindicatos, no se atreve a plantear directamente determinadas medidas, pero por detrás invita a CiU a apretar para que se incluyan en la reforma". En su respuesta Duran fue claro: "Yo no estoy aquí para hacer de malo ante los sindicatos. Lo que tenga que salir, que lo asuma en primer lugar el Gobierno".

Los aspectos en los que el Gobierno habría sugerido a CiU que "apriete" serían, por ejemplo, las condiciones para el despido, la posibilidad de que las pymes se puedan descolgar de la negociación colectiva o el absentismo laboral. "CiU no caerá en esa trampa", dijo Duran que insistió en que tiene que ser el Gobierno quien "dé la cara ante la opinión pública".

sin respuesta Por su parte El PNV aclaró que serán los órganos de gobierno del partido los que decidirán el posicionamiento en el Congreso sobre el decreto de la reforma laboral, y lo harán después de que el Gobierno lo apruebe y lo publique en el Boletín Oficial (es decir, el viernes). Josu Erkoreka fue el encargado de transmitir este mensaje a Corbacho, con quien mantuvo una reunión a la que también asistió el portavoz nacionalista en la Comisión de Trabajo, Emilio Olabarría

Respecto al tercer interlocutor que tuvo ayer el ministro, Coalición Canaria, su presidente, Paulino Rivero, aseguró que su partido tampoco ha decidido su voto para la reforma laboral, aunque, ante las especulaciones, aclaró que pese a que en Canarias (donde él es presidente) están gobernando con el apoyo del PP, "no" se sienten "atados" para definir su posición en el Congreso en los grandes asuntos de Estado. Eso sí, consideró que aunque la presentación del nuevo decreto para la reforma laboral llega "tarde", el Gobierno ha realizado un ejercicio de "responsabilidad" llevándolo a cabo tras el fracaso de las reuniones entre los sindicatos y los empresarios. Además, a su juicio, el nuevo borrador incorpora avances "importantes" con respecto a la actual situación del mercado de trabajo en el conjunto del Estado.